VILLARREAL
Cani recuerda por qué 'rompió' con Marcelino
El exfutbolista ha relatado su experiencia en el Submarino Amarillo bajo las órdenes de Marcelino, con el que tuvo sus más y sus menos.
Por todos es sabido que Marcelino es un entrenador con mano dura en el vestuario y así lo ha dejado claro Cani. El exfutbolista ha hablado en el canal de YouTube 'Ídolos' y ha relatado su experiencia con el técnico durante su etapa en el Villarreal, la cual concluyó debido a desavenencias con el míster.
"Cuando llega es una pasada porque exige, pero cuando pasa el primer año de su llegada es muy desconfiado y muy controlador y me empieza a putear. Me hacía ir a los entrenamientos por las tardes a la ciudad deportiva. Me estaba haciendo, como quien dice, 'bullying' en el colegio. Que no era eso, ni mucho menos, pero para que me entendáis. Tomé la decisión de que no quería seguir con él porque me estaba haciendo infeliz", declara el exjugador del Villarreal, Zaragoza o Deportivo.
Ahí no se quedó la mala relación entre Marcelino y Cani. "Llegó un punto en el que yo estoy ya muy cabreado, no le aguanto más y en una reunión de capitanes me levanté y le empecé a gritar. Me destituyó de capitán y le dije que me daba igual porque no le aguantaba más. Tomé la decisión de que no quería seguir con él porque me estaba haciendo infeliz. Sin forzar lo que pasó, yo le empecé un poco a gritar, tuvimos una discusión muy grande delante de todos, incluso nos separaron y ya de ahí al día siguiente me puse a entrenar solo", relata. Eso sí, Cani asegura que "a pesar de todo lo que he dicho, Marcelino ha sido el mejor entrenador que he tenido en toda mi vida".
En esta charla distentida, Cani ha relatado otras anécdotas durante su dilatada carrera. Otro de sus entrenadores fue Lotina, en su etapa en el Deportivo. "No sé sabía los nombres de los jugadores, a Mussachio y Zapata les llamaba Manucho y Lozano... y con los rivales era aún peor, recuerdo que a Coutinho le llamaba Coentrao y a Wakaso le llamó de siete formas diferentes", explica.
Cani estuvo 9 temporadas en el Villarreal, donde se convirtió uno de los pesos pesados del vestuario. Después de su mala relación con Marcelino, el jugador criado en la cantera del Zaragoza se marchó al Atlético de Madrid en calidad de cedido. Tras la cesión, Cani volvió al Submarino Amarillo para salir definitivamente al Deportivo de la Coruña. Finalmente, a sus 36 años, se retiró en el equipo de su vida, el Zaragoza.