Real Madrid: amaina el temporal

Tras la tempestad, llega la calma… aunque de manera relativa para el vestuario madridista. Tras superar con nota más que aceptable las primeras semanas de diciembre (cuatro partidos ganados y una horrorosa derrota en Kiev ante un Shakhtar que hizo peligrar la clasificación para los octavos de final), los blancos tendrán tiempo para poder tener algo más de descanso hasta el final de año: tras derrotar al Athletic, el calendario le otorga ahora una serie de partidos considerados más amables antes de disputar la Supercopa española, que este año se celebrará en tierras andaluzas entre el 13 y el 17 de enero (Córdoba y Málaga acogerán las semifinales, mientras que el partido final se disputará en el estadio de La Cartuja, en Sevilla).

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El siguiente rival que espera a los blancos es el Eibar. Los blancos jugarán ante el conjunto armero en Ipurua el domingo 20 a partir de las 21:00 horas. El miércoles 23, los blancos recibirán al Granada (19:45 horas). Luego tendrán una semana de descanso antes de enfrentarse al Elche el miércoles 30 (21:30 horas) en el Martínez Valero. El Celta de Chacho Coudet será el rival que abrirá el año en el Di Stéfano (2 de enero, 21:00 horas), antes de viajar a El Sadar para medirse a Osasuna. Ese es el calendario que le espera a los blancos antes de disputar la Supercopa, trofeo que defenderá en la segunda semana de 2021.

Pero el problema es ese: que la plantilla crea que son rivales amables en comparación con Sevilla, Borussia, Atlético y Athletic. Esta temporada, los blancos han sucumbido con equipos marcados con ese adjetivo: el Cádiz, un recién ascendido a Primera, fue el primero en pintarle la cara en el Di Stéfano (triunfo por 0-1). Posteriormente lo masacró el Shakhtar (2-3), y también en su exilio de Kiev (otro triunfo, esta vez por 2-0). También lo hizo el Alavés vitoriano (1-2). De nuevo en el estadio madridista. En todas esas derrotas dio la sensación de que el conjunto blanco no salió lo suficientemente entonado, quizá pensando que sus rivales no eran lo suficientemente competitivos. Sucedió todo lo contrario cuando se ha medido a equipos antes los que se jugaba algo más que los tres puntos en juego: Inter (en ambos encuentros), Barcelona, Sevilla, Atlético…

Ahora la situación es diferente: Zidane cuenta con apenas 13-14 jugadores (su núcleo duro), está a punto de recuperar a jugadores como Hazard, Mariano, Odegaard y Jovic, va a tener días para que sus jugadores descansen y recuperen fuerzas. Y sobre todo, tienen 70 días antes de que vuelva la Champions: jugarán la ida de octavos ante el Atalanta el próximo 24 de febrero. Eso significa aparcar la cabeza de la máxima competición europea durante dos meses, lo que facilitará la desconexión europea y centrarse en las competiciones domésticas: Liga, Copa y Supercopa. Algo que alivia mínimamente a Zidane: no quiere que sus jugadores se distraigan tras el amaine de la tormenta. La borrasca sigue ahí…