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LLAGOSTERA 0-ESPANYOL 1

Oier pone la primera piedra, Puado derriba el muro

Necesitó la prórroga el Espanyol ante el Llagostera, de Segunda B, que jugó con diez desde el 64’. El portero detuvo un penalti en su debut con Vicente Moreno.

Actualizado a
Llagostera-Espanyol.
@RCDEspanyol

Si cada partido en Segunda es para el Espanyol como masticar tierra, su choque de Copa contra el Llagostera requirió de tanta paciencia y fondo físico como escalar un 8.000 para visitar un convento de monjes tibetanos. Los de Alsina, otra Galia aún más pequeña y acostumbrada a los milagros, no solo aguantaron sino que tuvieron más cerca el pase en los 90 minutos, con un penalti a favor incluso, pero en la prórroga hicieron valer los pericos la inferioridad numérica de su rival, por la expulsión de Monreal, y su interminable banquillo para imponerse, eso sí por la mínima, y evitar una prematura eliminación que perturbara la semana del crucial encuentro ante el Almería.

De debut uno con Vicente Moreno e indiscutible el otro, que era titular esta vez por su baja el pasado domingo en Las Gaunas, se confabularon Oier y Embarba para asumir de entrada protagonismo. Primero, porque faltaban primeros espadas como Diego López, David, Darder y De Tomás. Y, sobre todo, en el caso del portero, porque detuvo sobre la media hora a Sergio Cortés un penalti que había provocado Pol Lozano sobre el experico Pere, que se dio un hartón de correr. El atacante, que a pesar de haber llegado como Oier en enero se estrenaba en Llagostera con el brazalete de capitán, porque invirtió los 45 minutos que le dio el técnico para buscar con insistencia el gol, más centrado que de extremo topándose una y otra vez con Marcos, y contando con la colaboración de un acertado Vargas, un hiperactivo Wu Lei y el incisivo Jofre Carreras.

Si desde lejos lo había intentado Fran Mérida durante el primer tiempo, en la reanudación fue David García, en el bando local, quien merodeó el gol con un disparo peligrosísimo desde la frontal. Normal que los del Gironès, muy serios atrás, se animaran: a pesar de la pena máxima, jugaban con el tiempo a su favor. Pero lo de darse alegrías no lo acabó de comprender Monreal, sobresaliente hasta el momento en que se pasó de frenada cortando una carrera de Wu Lei, lo que indujo a Trujillo Suárez a expulsarlo con roja directa.

Inmediatamente reaccionó Moreno dando entrada a Nico Melamed, quien enseguida dispuso de una clara a centro de Dídac y dos minutos después le puso a Wu Lei un balón en el área chica que impactó en el central Diego. Igual de revolucionaria fue la irrupción de Max Svensson, en su ‘premiére’ con el primer equipo.

Por momentos, parecía una reválida del Llagostera-Espanyol B de hace tres semanas (2-0) en el que habían jugado Jofre y Ricard Pujol. Para redondearlo, a diez minutos para el final ingresó Marc Manchón para participar en el partido más especial de su carrera, como lo había descrito él mismo en AS, con el ‘21’ en la espalda y ante el equipo de su vida.

Aunque asediaba el Espanyol, no renunció el conjunto azul y rojo a dar la sorpresa, como demostró con el testarazo a la media vuelta de un mítico del fútbol territorial catalán como Sascha. Replicaron los pericos en una acción ensayada entre Mérida, Pujol y Calero, después detuvo Marcos a chut de Svensson en un contragolpe conducido por Melamed, quien a la jugada siguiente se fabricó otra acción clarísima. Como la de Vargas ya en el añadido del tiempo reglamentario, sin éxito.

Lo que no había entrado en 90 minutos sí logró el Espanyol meterlo a los tres de la prórroga, en una acción tan colectiva como profunda entre Vargas, Melamed, Miguelón con un centro preciso y Puado, que remató de cabeza muy desmarcado en el segundo palo. Nada pudo hacer esta vez Marcos, reflejo de un Llagostera valiente, dignísimo pero finalmente vencido por la lógica a veces imperturbable del fútbol.