'Spanish' Sandefjord: la apuesta que motivó su gesta
El equipo dirigido por el español Martí Cifuentes fue definido como "el más débil de los últimos 20 años" en Noruega y acabó sellando la permanencia con dos jornadas de antelación.
"El equipo más débil de la Eliteserien en los últimos 20 años". Así fue como el periodista noruego Joacim Jonsson definió el pasado mes de marzo a la plantilla del Sandefjord, que afrontaba su regreso a la Primera División noruega tras imponer, con el español Martí Cifuentes en el banquillo, su juego de posición en la OBOS-ligaen. "Su fútbol es demasiado ingenuo", añadió Jonsson, quien llegó a prometer que se tatuaría una ballena, uno de los símbolos de la ciudad, si el Sandefjord conseguía mantenerse en Primera. Por eso cuando el club empató (0-0) en el campo del Sarpsborg 08 y consiguió el punto que le faltaba para sellar su permanencia, Cifuentes no dudó en proponerle algunos diseños: "Me gusta el tercero para ti", tuiteó el catalán acompañando su publicación con tres imágenes de tatuajes con motivos balleneros. "Intento publicar algo relacionado con el equipo todas las semanas, pero ningún mensaje tuvo tanta repercusión como ese", reconoce a AS Martí Cifuentes, pletórico tras mantener al Sandefjord en la élite del fútbol de Noruega.
Cifuentes llegó al banquillo del Sandefjord en mayo de 2018. El equipo era colista en Primera División y en 14 jornadas tan solo había sumado cinco puntos. "Cuando me contrataron ya estipulamos que el objetivo principal era estar en Eliteserien en 2020. Salvar la categoría era casi un milagro", reconocía el técnico catalán en Migrantes del Balón hace ya más de un año. El español cumplió su palabra. Porque aunque el club cayó a Segunda, tan solo tardó una temporada en recuperar la categoría. Fue entonces cuando aparecieron los primeros problemas. "Después del ascenso nos llegó una mala noticia: el club tenía que bajar el presupuesto. No es habitual. Cuando asciendes a Primera lo normal es tener más capacidad económica. Aun así, fuimos capaces de crear un grupo de jugadores jóvenes que ha rendido a un nivel espectacular. Estamos muy contentos. Si hace un año nos dicen que nos íbamos a salvar con dos jornadas de antelación lo habríamos firmado con los ojos cerrados", desvela Cifuentes, quien reconoce que la apuesta de Jonsson siempre estuvo presente en el vestuario: "Nos sirvió como una motivación extra. Una cosa es que nos dieran como favoritos al descenso, algo lógico porque acabábamos de ascender, y otra que dijeran que teníamos la peor plantilla de los últimos 20 años. A los chicos les tocó el orgullo. Han demostrado que se equivocaban".
El Sandefjord logró una de las grandes gestas de este sigo en el fútbol escandinavo a través del juego de posición. "Soy de Barcelona y creo en una manera de jugar distinta a lo que están acostumbrados aquí", introduce Cifuentes. "Intentamos llevar la iniciativa con balón. Salimos desde el portero y, desde ahí, intentamos asentarnos en el campo rival. No somos un equipo de ataques rápidos. Nos gusta elaborar y romper líneas yendo paso a paso. Tenemos laterales muy ofensivos y cambiamos la estructura de la salida de balón en función de los espacios de cada partido. A nivel defensivo me gustaría ser más proactivo y presionar más arriba, pero nos hemos sentido cómodos en un bloque medio", analiza el español, que tuvo a sus órdenes a Enric Vallès, Rufo Herráiz y Marcos Celorrio: "Enric ya estaba aquí. Conocía la ciudad y el club y ha sido muy importante para nosotros. Rufo ha sido fundamental. Nos ha dado mucho con su calidad y sus goles. En Marcos teníamos puestas muchas esperanzas, pero llegó más tarde que el resto y se lesionó cuando mejor estaba".
A pesar de haber conseguido que el Sandefjord logre mantenerse en Primera por segunda vez en su historia, la directiva del club noruego alegó motivos económicos para no renovar al español y su cuerpo técnico. "Son cosas del fútbol. Siendo sincero, no me sorprendió. Me quedo con las cosas buenas. Hay que entender que, a veces, los proyectos dejan de pertenecerte. La situación se ha dado con naturalidad, sin enfados por ninguna de las dos partes", desvela Martí Cifuentes, quien se irá de Sandefjord con los objetivos cumplidos y la conciencia tranquila: "Hemos conseguido lo que el club nos pidió. Hemos vendido jugadores, fichado a otros a coste cero... La gente nos para por la calle y nos muestra su satisfacción. Me quedo con eso. Con que cuando llegamos a Noruega nadie nos conocía y ahora todo el mundo sabe quiénes somos". El español de 38 años, a quien acompañan en el cuerpo técnico Jordi González y Javi Ortiz, espera continuar su carrera en Escandinavia. Ofertas no le faltan. Lógico. La prensa noruega llegó a comparar su logro con el del Bodo/Glimt, que conquistó la primera liga de su historia: "No está ni entre los 10 mejores clubes de Noruega en cuanto a historia, afición o presupuesto, pero lleva cuatro o cinco años haciendo muy bien las cosas. Confían en la academia y tienen una idea de juego muy clara. Hablé hace poco con el míster. En 2018 estuvieron a punto de bajar. Me dijo: 'Imagínate dónde estaríamos ahora'". El Bodo en Champions; Martí en la lista de deseos de clubes de toda Europa.