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ATLÉTICO DE MADRID

Los errores del Atleti en el derbi

El equipo rojiblanco se vio superado en intensidad desde el primer minuto, perdió el centro del campo, le volvió a castigar la estrategia y no generó peligro.

Actualizado a
Los jugadores del Atlético en el partido contra el Real Madrid.
OSCAR DEL POZOAFP

El Atlético vivió una pesadilla en el derbi contra el Real Madrid. El equipo blanco fue superior de inicio a fin, aunque consiguió sus dos goles con detalles desafortunados rojiblancos, y Simeone deberá hacer varias lecturas del partido, como dejó claro al final del encuentro destacando que "el entrenador se equivocó en el planteamiento y en la búsqueda del partido. Luego trata de intervenir para mejorar lo que se estaba viendo. Cuando el rival es superior hay que felicitarlo".

Superado en intensidad y presión desde el inicio

Si ya en Salzburgo el Atleti se había visto achicado de partida por el rival, que se estrelló en el palo a los tres minutos y no fue conciso en sus ocasiones, ante el equipo blanco ni la gran parada inicial de Oblak sirvió para despertar a la plantilla. Simeone apostó por los tres centrales que tan bien le están funcionando esta temporada y tan solo llevó a cabo un cambio en el once respecto al partido de Champions, Herrera por Saúl. Sin embargo, el planteamiento del Madrid, con Benzema bajando a recibir a la zona de mediapunta y Casemiro, Kroos y Modric campando a sus anchas y recibiendo sin ninguna presión de los medios atléticos no salió para nada bien. Savic, Felipe y Hermoso se quedaban sin una referencia a la que fijar y Koke y Herrera se veían superados constantemente por los medios blancos pese al intento de colaborar por parte de Llorente y João Félix. 

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El Madrid subió la presión, atacó en cada jugada al poseedor del balón colchonero y dificultó la salida en todo momento, pese a ir con ventaja en el marcador. Aunque Hermoso puede defenderse mejor en esa faceta, los zagueros atléticos sufren. Además, Carrasco y Trippier no podían coger vuelo en banda y se veían siempre encerrados en campo propio. El nuevo Atlético, que ha crecido mucho con la posesión y volviendo a apretar en la recuperación, no apareció en escena durante todo el partido. Volvió a guardarse en campo propio y entregó el balón al rival, que con el marcador a favor podía dedicarse a alternar posesiones infinitas sin necesidad de arriesgar en el pase para desesperar a los jugadores ofensivos colchoneros. Si jugadores como Kroos, Modric o Benzema viven tan cómodos es una perdición. Los jugadores rojiblancos pudieron acusar la carga de minutos, pero el planteamiento tan replegado fue un favor para el medio blanco. Quizás el físico de Kondogbia o Torreira podrían haber tenido un papel importante para subir las líneas de presión

Balón parado

El Atlético encajó dos goles en 63 minutos, los mismos que en los diez partidos anteriores. Nunca antes había jugado con desventaja en el marcador en Liga. Y, pese a ser muy inferior al Real Madrid en el juego durante todo el partido, los tantos llegaron a balón parado, una faceta donde el equipo blanco suele castigar a los de Simeone. El primero en un córner en el que Herrera, marca de un Casemiro que ya le había hecho gol al Atleti en esta faceta años antes, se resbala y deja al brasileño a merced. El segundo en una discutida falta lateral que despeja Savic hacia el medio y dispara Carvajal desde la frontal tocando el palo y la espalda de Oblak antes de introducirse en la portería. Una de las especialidades del Atleti en los primeros años con Simeone y donde cada vez le cuesta hacer más peligro. El Madrid le tiene tomada la medida y es un arma con el que ha castigado mucho al equipo rojiblanco, incluidos los goles en dos finales de Champions. Si con balón el Atleti no pudo competir, los goles acabaron llegando en jugadas aisladas a pelota parada donde el Madrid también fue capaz de imponerse.

Estrellas aisladas

Zidane tenía claro los jugadores que quería detener y como hacerlo. Alejar muchísimo del área a Luis Suárez, que no pasa por su mejor estado físico y pierde todas sus cualidades jugando en campo propio. No gozó de ninguna ocasión, no pudo recibir de espaldas y los desmarques tenía que tirarlos con 50 metros por delante por recorrer. Frenar a João Félix con constantes ayudas cada vez que recibía el balón y Casemiro muy encima cerrando líneas de pases. Taponar los desmarques de Llorente a la espalda del lateral izquierdo, con un Mendy muy fuerte también físicamente y que cerraba todas las puertas al pase de Trippier que tanto rédito le ha dado al Atlético; no dejar nunca encarar a Carrasco en un uno contra uno a Carvajal y evitar que Koke jugase con comodidad y pausa para dar ritmo al equipo. Los jugadores del Atlético que mejor rendimiento están dando este curso quedaron anulados y solamente la entrada de Lemar en la segunda mitad proporcionó algo de agitación y desequilibrio entre líneas. 

Luis Suárez no pudo participar en el juego y siempre estuvo en inferioridad.
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Luis Suárez no pudo participar en el juego y siempre estuvo en inferioridad.Chema MoyaEFE

Cambios sin premio

Si los principales focos del equipo estaban perdidos, Simeone decidió sustituir a João Félix con media hora por delante y el marcador con 1-0 en un cambio difícil de entender, ya que el equipo comenzaba a igualar fuerzas y a ganar en ritmo con balón. Lo que no se puede acusar al Cholo es de falta de intervencionismo. Veía al equipo muy superado en la primera mitad y disolvió la línea de cinco para volver a cuatro atrás, con Hermoso en el lateral izquierdo y Carrasco de interior. En el descanso llegaron tres cambios, Lemar, Correa y Lodi por Carrasco, Herrera y Felipe. A los cinco minutos los dos primeros llevaban amarilla y el brasileño había cometido un error de bulto. Pero cuando se estaba viendo a un Lemar participativo, Llorente y Koke más fuertes en el medio y el equipo más arriba, el francés gozó de la mejor ocasión para empatar tras un centro del '14' y no acertó ante Courtois.

Poco después llegaría el cambio controvertido de João, seguido del segundo gol blanco. Al '7' le había sustituido un Saúl que no pasa por un buen momento de forma, pero que también tuvo una gran ocasión para marcar y volvió a salir perdedor ante el portero belga con su testarazo. El cambio de Kondogbia por Suárez, aunque sobre el papel defensivo con el marcador en contra, dio músculo al centro del campo para tratar de igualar fuerzas, pero en el arreón final tampoco llegó un gol para recortar el marcador. Pese a las tres sustituciones en el descanso y mover de todas las formas posibles al equipo, el guion del partido no cambió, el Madrid siguió mandando en el centro del campo, llegando antes a los balones divididos, presionando siempre la salida de balón y las ocasiones, a cuentagotas, no contaron con el acierto del gol.