El gol esquiva a Trincao
Ha jugado 15 partidos y todavía no ha marcado pese a tirar a puerta dos veces por partido en la Champions y 0,9 en los de Liga. Le ha faltado sangre fría y claridad. Ha perdido confianza.
Francisco Trincao, señor 31 millones como le bautizó el diario A Bola después de nombrarlo "mejor generador de goles" de la Liga portuguesa la temporada pasada, aún no se ha estrenado con la camiseta del Barça. "Llegará, estoy seguro. Con trabajo", se tranquilizó él mismo la semana pasada cuando se le preguntó por la cuestión. Pero el caso es que, después de 15 partidos oficiales, el ex jugador del Sporting de Braga no ha sido capaz de marcar. Y no será porque no lo ha intentado. Dos tiros por partido en los cinco de Champions que ha jugado (297 minutos); y casi uno en los minutos que ha tenido en diez partidos de LaLiga (195 minutos).
Trincao empezó jugando con desparpajo en el Barça pero, como el equipo, su confianza ha ido menguando. Ha empezado a atreverse con menos dribblings; ha dejado de ensanchar el campo: y, en ocasiones, se lía con el balón. Nada que ver con el jugador en ascenso que firmó una final de temporada en el Braga que impresionó a todo el mundo y que llegó con tantas expectativas y tan buena pinta que el Barça descartó desde el principio la posibilidad de una cesión.
Es un año importante para Francisco Trincao, que además ha tenido la fortuna de que Koeman haya respetado su posición ideal, pegado a la banda derecha pese a que es un zurdo cerrado. Con unas elecciones a la vista, su objetivo debe ser consolidarse en el equipo y contar con la confianza del nuevo equipo directivo para no ser carne de traspaso. Ha demostrado buenas condiciones. Es un jugador obediente en el campo y trabaja para el equipo. Pero en su posición, el desequilibrio y el gol son claves. La lesión de Dembélé, que empezó por detrás de él en las preferencias de Koeman pero luego le adelantó, le abre de nuevo puertas para tener minutos. Contra la Juventus tenía una oportunidad fantástica de reivindicarse en un partido grande, pero no estuvo a la altura en la primera parte y Koeman le sustituyó. Debe recuperar la confianza del técnico y le fe en sí mismo. Con Dembélé fuera y Ansu lesionado, tiene media temporada para volver a despegar. Lo primero es que el gol deje de esquivarle en cada esquina.