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BARCELONA

El 4-2-3-1, en el ojo del huracán

El sistema de Koeman, nuevo foco de debate en el equipo. Algunas voces piden volver al 4-3-3. Se le reprocha que el equipo no es más fiable y que no abre el campo en ataque.

Ronald Koeman, en el partido ante la Juventus.
David RamosGetty Images

El 4-2-3-1 es el nuevo objeto de debate en Barcelona. Sin un presidente que señalar, analizado por delante y por detrás el asunto Messi; con el resto de los que deberían ser jugadores franquicia (Griezmann, De Jong, Coutinho, Lenglet) radiografiados hasta la saciedad, el foco ha ido a Koeman. Y como el holandés tampoco es discutido por su valentía con los jóvenes y su peso histórico en el club como héroe de Wembley, hay que concretar en el sistema.

Los puristas han levantado la voz en cuanto han empezado los malos resultados. Defensores del 4-3-3 hasta las últimas consecuencias, del único mediocentro, los interiores y el fútbol de extremo, el doble pivote es casi una herejía que en Barcelona no se veía casi desde tiempos de Robson y luego Antic, en la temporada de transición hacia las elecciones que ganó Laporta. Los defensores del 4-3-3 consideran que el Barça debe volver a meter centrocampistas para recuperar un control de posesión que ha perdido y que le desnuda defensivamente.

Koeman deberá tomar una decisión. Si ser fiel a sus ideas y mantener el dibujo, en el que hasta ahora se ha mantenido firme, privada y públicamente, o sacudir de nuevo todo y darle una vuelta al esquema con el que ha estado trabajando desde principios de temporada. El holandés ya ha escuchado alguna voz crítica, como la de Griezmann a principios de temporada, por su posición en el campo, o la Pjanic, aunque la del bosnio tuvo que ver con la falta de minutos. Ter Stegen también deslizó una crítica al holandés este martes cuando dijo que "una cosa son los errores individuales y otra cosa cómo se defiende".

A Koeman, pues, se le reprocha que el doble pivote no ha arreglado las goteras defensivas del equipo, que el equipo se estrecha y no juega con extremos; y, en fin, que no gobierna los partidos desde la posesión, que es como el mejor Barça ganó, alrededor de la pelota. Levante, Real o Valencia van a poner a prueba la realidad del 4-2-3-1.