La deuda de Courtois en la Champions con el Madrid

Thibaut tiene una deuda con el Real Madrid en la Champions League. El portero belga, firmado en el verano de 2018 a cambio de 35 millones procedente del Chelsea londinense, se ha mostrado en general irregular en su paso por el equipo blanco, y esa irregularidad se hace más patente cuando el Madrid camina por Europa, en los últimos años con mala fortuna y resultados mejorables. Courtois sabe que parte de esa responsabilidad descansa sobre sus hombros, pues su rendimiento en la Champions League jugando de blanco no va acorde a lo que se esperaba de él.

Courtois ha disputado 17 partidos con el Madrid en la Copa de Europa; en su primera temporada sólo jugó desde que cesaron a Lopetegui y Solari le reemplazó, pues el vasco había decidido darle la Champions a Keylor Navas y dejar a Courtois para la Liga nada más. Las estadísticas en esos 17 partidos no invitan al optimismo: sólo siete victorias, tres empates y otras siete derrotas, con apenas cinco encuentros dejando la portería a cero, el 29%. 

En Champions, Courtois ha encajado 28 goles con el Real Madrid, a un promedio de 1,6 goles recibidos por duelo. Una cifra altísima para un supuesto aspirante al título continental. Sus números en Liga sí que cuadran bastante más con lo que el Madrid esperaba de él cuando le firmó: 68 goles encajados en 72 encuentros, por debajo del tanto por partido. La temporada pasada fue la mejor muestra de ello: sólo 20 goles en 34 partidos de Liga disputados por el belga (Areola jugó el resto), con un promedio de 0,59 goles por encuentro que le valió ganar el Trofeo Zamora.

El camino irregular de Courtois

Ese momento de forma sobresaliente es el que Zidane necesita ver de Courtois en la Champions. Hasta ahora, el belga ha sido parte protagonista, de forma involuntaria, en varios fiascos europeos del Madrid. Tanto que el curso pasado, durante la visita del Brujas al Bernabéu, fue silbado por el estadio tras los dos primeros goles del equipo de su país natal. No fueron errores manifiestos de Courtois, pero la afición ya le había tomado la matrícula como un portero que no hacía milagros, algo a lo que Iker Casillas acostumbró a los seguidores blancos durante más de una década.

Aquella silbatina y la derrota en Mallorca, con un gol en el único tiro de los bermellones, supusieron un cambio de rumbo para Courtois. Zidane quiere ahora que esa nueva dirección ponga el énfasis en la Champions, donde el Madrid se juega este miércoles en Valdebebas el pase a los octavos de final ante el Borussia Mönchengladbach.