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Gonzalo Verdú o cómo encontrar un 'káiser' en Segunda B

El central del Elche, a sus 32 años, está siendo la revelación defensiva de LaLiga en su debut en la categoría. Insuperable para el Villarreal, hace tres años estaba en Segunda B.

Verdú protege el balón ante Gerard Moreno.
ANGEL SANCHEZDIARIO AS

El fútbol a veces premia la pasión con la que ejerces la profesión, sin importar de qué categoría vengas. Jugar con la misma ilusión en Tercera, Segunda B, Segunda… Da igual con tal de vestirse de corto y disfrutar. Jugar en cada campo, por modesto que sea, como si fuera alguna de los tapetes de la Champions, con esa seriedad. Así piensan de Gonzalo Verdú, el central del Elche debutante en Primera con 32 años y que se ha convertido en una de las revelaciones defensivas del campeonato. Verdú ha recorrido con el Elche todo por eso, quizá junto a Nino, fuera al que más le brillaban los ojos después de ese playoff de ascenso final ganado al Girona.

El Elche, bajo la tutela de Pacheta, jugó una promoción —como se decía antes— de matrícula de honor en lo competitivo. Quizá otros tenían más recursos, pero los ilicitanos cimentaron su éxito, entre otras cosas, en una solidez a prueba de bombas. Y ahí ya era más que importante Gonzalo Verdú. Líder, solvente, frío, con un conocimiento extenso de cómo jugar los momentos del partido y sin complicaciones. Un recital en la promoción y cumplir el gran sueño de vestirse en un vestuario de Primera. Y allí, en la Liga Santander, y con Almirón como técnico, las cosas no han cambiado en absoluto. Es el único jugador de campo que lo ha jugado todo en el equipo franjiverde. El Elche dejó a cero al Villarreal en la última jornada y navega décimo con tres victorias, cinco empates y únicamente dos derrotas. Se trata del quinto equipo que menos recibe del campeonato y los de Emery lo sufrieron en sus carnes.

Verdú dio un recital. Ocho de diez duelos ganados, cuatro despejes, tres intercepciones, siete recuperaciones y dos faltas recibidas. Y no tuvo que recurrir a la infracción para detener a un rival en todo el partido. Una tarde impoluta de un central que marca su territorio. A eso unió sus intangibles habituales de cobertura, vigilancias y control de los espacios. No hay mejor manera para un recién ascendido que manejar con solvencia su espalda y tener a un káiser que le dé empaque a esa línea. Quién le iba a decir al Elche que lo encontró en Segunda B en 2017.

Cierto es que el ecosistema ayuda. En el Elche, un equipo apretado que deja poquísimos espacios, es más fácil brillar con un perfil así. Le pasa a otros. Pero no es menos cierto que tener un impacto como este con 32 años en la categoría no está a la altura de todos. Menos aún cuando vienes de remar entre las naves más modestas. Verdú ha hecho todo el camino con el Elche, al que llegó en 2017 procedente del Cartagena en Segunda B, con quien había jugado 54 partidos en dos temporadas. Antes, Guadalajara, Córdoba B, Orihuela, Osasuna B… Verdú probó incluso la Tercera División. En 2011 había debutado en la Liga Adelante con el Albacete, pero a partir de ahí se fraguó en el fútbol modesto hasta 2017. Entonces lo reclutó Jorge Cordero para jugar en Segunda B con el Elche y lo demás ya es historia de la buena del club ilicitano. El futbolista, asesorado por RGfootball, no tiene nada que envidiar a los jerarcas del área en lo que va de la Liga y prueba de su pasión por el detalle es que ya tiene el carné de director deportivo. Muchas veces los clubes se vuelven locos buscando más allá de las fronteras, sin atender al fútbol modesto. Verdú sirve de aliento a esos jugadores que miran la élite de refilón como algo muy lejano.