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RAYO 2-1 LOGROÑÉS

Remontada exprés del Rayo

El Logroñés se adelantó con un gol de Bogusz, de penalti, pero los franjirrojos dieron la vuelta al partido en seis minutos. Antoñín y Catena culminaron la tercera remontada, la más veloz.

Seis minutos, 360 segundos, para dar un giro de 180 grados. Esas fueron las coordenadas del Rayo para una remontada exprés y para reengancharse (de momento) al playoff. Y eso que las cosas se pusieron muy cuesta arriba para los franjirrojos, con el gol de penalti de Bogusz en el 19'. Ese sopapo en la cara les valió una reacción explosiva. Igualó Antoñín y Catena dio la vuelta al partido, con la inestimable ayuda de su rival Medina. Se trata de la tercera remontada del curso para los vallecanos (Sabadell y Zaragoza, mediante), aunque ninguna tan rápida. Por su parte, el Logroñés sigue alicaído, perdiendo por tercera jornada consecutiva y perdido en mitad de tabla.

Sorprendieron las alineaciones de unos y otros, con especial protagonismo para la reaparición de Fran García en los locales y las rotaciones extremas (sólo sobrevivieron Clemente e Iñaki del último once) de los visitantes. Los primeros instantes de la cita les sirvieron para tantearse y conocerse. Bogusz dio el primer paso y su zurdazo se marchó alto. Había roto el hielo. Apenas unos minutos después, el polaco ponía el 0-1, de penalti, después de que Vicandi revisase una mano (clara, pero involuntaria) de Fran García. El colegiado había señalado falta previa de Rubén, pero tras las indicaciones del VAR y ver la acción en pantalla pitó pena máxima.

El Rayo salió como un resorte y la banda izquierda fue la autopista hacia el cielo. Por ahí llegó el empate. Fran se redimió con un magnífico centro que Pozo no pudo cazar en primera instancia, pero sí lo hizo Antoñín solo ante Miño. No quedó ahí la cosa. Los franjirrojos se habían desinhibido y se fraguó la remontada en apenas seis minutos y una jugada a balón parado. Trejo botó un córner, que Catena cabeceó al fondo de la red, después de tocar en Medina, que desvió el esférico lo suficiente para despistar a su cancerbero. No fue su día y el defensa tuvo que retirarse del césped lesionado.

Los vallecanos fueron, poco a poco, poniéndose cómodos en casa. Luca atrapó una volea de Petcoff y la barrera impidió que una falta de Isi sentenciara el duelo. También Pozo se metió hasta la cocina para servirse un zurdazo que murió en las manos de Miño. La primera mitad terminó con más goles que fútbol y la sensación de que, si sólo seis minutos cambiaron el rumbo del encuentro, los próximos 45 aún podrían deparar muchas sorpresas...

Un cabezazo de Gorka demasiado alto desperezó la segunda parte. Los locales volvían a ponerse el mono de trabajo y un trallazo de Isi terminó en el lateral de la red. Exactamente el mismo punto al que Pozo mandó otro disparo. Se estrechaba el cerco sobre el área visitante y su única vía de escape parecía la estrategia. Agua. No cejaban los madrileños en su empeño por sentenciar, con mención especial para los García, volando por el flanco zurdo. Sin embargo, los riojanos no se daban por vencidos y los cambios le insuflaron algo de oxígeno.

Catena tuvo que cortar un peligrosísimo centro de Andoni dirigido hacia Leo Ruiz. Luego, Mario Suárez rondó el 3-1 en un remate que se perdió alto. Y ahí, apareció Luca para detener un tiro de Vitoria en una jugada invalidada por fuera de juego. Los últimos instantes fueron de infarto, con la expulsión de Leo Ruiz y la revisión de una caída en el área local ya en el descuento. No hubo falta de Óscar Valentín. Ni más polémicas. El Rayo se aferra a Vallecas como escalera a Primera. Allí sólo ha perdido dos veces en este 2020. Y es que, en un año de incertidumbre, Vallecas es la única certeza.