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SEVILLA-REAL MADRID

Zidane ya resucitó en Sevilla

El curso pasado, el técnico llegó al Pizjuán muy discutido tras un inicio de curso titubeante y una paliza en el Parque de los Príncipes ante el PSG. Pero supo darle la vuelta.

Madrid

Zidane llega al Ramón Sánchez Pizjuán en sus horas más bajas como entrenador del Real Madrid. El técnico madridista necesita un triunfo que reconduzca el camino del equipo blanco tras varios tropiezos consecutivos: van tres jornadas de Liga sin ganar (derrotas ante Valencia y Alavés, empate en Vila-real), unidas al desastre de Kiev contra el Shakhtar (2-0). Y el escenario no podría ser más complicado: espera un Sevilla potente, ya clasificado para octavos de Champions League y en su estadio, un feudo históricamente difícil para el Madrid. 

En las últimas ocho visitas del Madrid al estadio sevillista, sólo cosechó dos triunfos y salió derrotado en nueve ocasiones; partidos de cara o cruz, sin medias tintas: sólo dos empates en las tres últimas décadas. Aunque Zidane tiene motivos para la esperanza, pues hace un año se presentó en el Pizjuán en circunstancias parecidas a las actuales (aunque en menor grado) y no sólo salió airoso, sino que reforzó su convicción de que el equipo podía hacer algo en ese curso, como acabaría sucediendo (campeón de Supercopa de España y de Liga). 

El 22 de septiembre de 2019, el Madrid saltaba al campo en Sevilla aún dolido por la severa paliza a que le había sometido el PSG días antes, en el Parque de los Príncipes: 3-0 con escasa respuesta por parte de los blancos. Una derrota que ya habían anticipado algunos pinchazos en Liga: el Madrid sólo había sido capaz de ganar en dos de las primeras cuatro jornadas, cuajando empates en las otras dos, ante Valladolid y Villarreal. 

Un anticipo del Madrid campeón

Y en frente, el peor rival para rehabilitarse: el Sevilla de Lopetegui, que había arrancado como un tiro la temporada, liderado por el entonces sorprendente Ocampos. Los blancos habían encajado nueve goles en los cinco primeros partidos de curso y su fragilidad defensiva pasaba por ser el primer problema a solucionar. Sin embargo, aquel triunfo en el Pizjuán calmó todos los males: 0-1 con gol de Benzema, de cabezazo tras centro de Carvajal.

Resguardado atrás y prescindiendo del balón (la posesión fue para el Sevilla por el 55%), los de Zidane secaron el ataque hispalense (ni un remate entre palos) y sacaron oro de sus escasas, pero muy trabajadas ocasiones. Un duelo intensísimo (31 faltas en total) que anticipó la fórmula con la qu el Madrid remontaría para acabar proclamándose campeón de Liga tras el confinamiento: seguridad atrás, pocas ocasiones concedidas, pocos goles en contra y máxima rentabilidad de los marcados. Vendrían nuevos tropiezos, pero aquella victoria en Sevilla resucitó a Zidane en el momento preciso.