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LEGANÉS

El fuerte Butarque tiene grietas

El Lega camina intratable en casa con 6 victorias seguidas y ocho victorias en nueve partidos. Tras tanto mérito emergen incógnitas vinculadas al juego y el excesivo sufrimiento local.

El fuerte Butarque tiene grietas
Europa PressAFP7

Butarque ha cogido velocidad de crucero en su inercia por sostener a este Leganés rocoso en casa, pero dubitativo fuera. Ante el Rayo sumaron los de Martí su sexta victoria consecutiva de locales en un hito que sólo supera en el corto plazo los nueve duelos consecutivos que Garitano y sus chicos vencieron en su hogar en la 13-14, cuando el Lega aún jugaba por esos campos de España de Segunda B. Mérito innegable para la actual generación blanquiazul que, sin embargo, no tapa las dudas que intermitentemente deja en el camino este proyecto de juego desigual.

Desigual ya no en la comparativa local-visitante, sino incluso en sus partidos en casa. Porque si en el último duelo antes de recibir al Rayo el Leganés se mostró imperial frente al todopoderoso Espanyol (2-0, sin sufrir y sometiendo), ayer, sin embargo, volvió a lucir sufrimiento eterno contra la Franja. Sufrimiento especialmente visible a través de la posesión. Y no es la primera vez.

Cuando el rival acapara el balón

En términos de posesión es el Leganés el 14º conjunto de Segunda con menos capacidad de retener el balón, con apenas un 49,1%. Llamativo para una escuadra de plantilla potente y jugadores acostumbrados a tratar bien la bola.

Ayer el Rayo (1º en posesión visitante, con una media de 59,9%) se superó a sí mismo y terminó con un dominio del balón del 62%. Y eso que jugó 18 minutos con uno menos por la expulsión de Dimitrievski que, después, igualó Prieto Iglesias echando a Rubén Pérez (con justicia) por una falta en una clara contra visitante. Sí, el Leganés suele sufrir en casa contra aquellos equipos que tienen en su ABC el buen gusto por el trato de balón. Ya le sucedió frente al Mirandés. Los burgaleses también cayeron en Leganés por 1-0, pero amasaron el balón en un 58%. Su defecto, como le pasó al Rayo, la falta de pegada.

Claro que ayer el asunto se agravó más que entonces, porque si el Mirandés tiró menos que el Lega aquella tarde, ayer el Rayo lo hizo más que los pepineros: nueve remates frente a los ocho del Lega. Cuatro entre palos frente al par de los blanquiazules. Cuéllar ejerció, con diferencia, como el mejor local con varias intervenciones de ésas que valen puntos. Algunas al final del partido.

Problemas para cerrar los partidos

Al Leganés los choques en casa también se les hace largos porque no termina de rematar los encuentros y sobrevive con resultados cortos. De hecho, de sus ocho victorias, cinco fueron por 1-0 y sólo dos han sido por más de un goles de diferencia (3-1 al Cartagena, 2-0 al Espanyol). La que resta fue también por la mínima, aunque con dos tantos en su haber: 2-1 al Oviedo. Suficiente para vencer, pero no para sufrir.

De ahí que los minutos finales en la Avenida de los Once Leones sean casi siempre de moderse las uñas y perder años de vida. “Nos falta tener más calma con el balón”, explicó ayer Martí para argumentar los defectos que vio contra el Rayo. Dice el técnico mallorquín que la “invitación” del rival a buscar los espacios a la espalda favorecen cierta precipitación y verticalidad mal entendida. Un asunto, el de tener el esférico, como forma de defenderse, que se ha repetido en otras ocasiones y que se añade a las dudas que deja el Leganés en su llamativo récord de inviolabilidad local.