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VALENCIA

Lato, un futbolista de cuna curtido a base de lágrimas

Toda la familia del lateral jugó al fútbol, incluida su madre. Ahora, tiene que ocupar el puesto de Gayà en el enésimo reto que afronta desde que era prebenjamín.

Lato, un futbolista de cuna curtido a base de lágrimas
DAVID GONZÁLEZ

Toni Lato está a dos partidos de alcanzar el medio centenar de duelos oficiales con el Valencia, con 'su' Valencia. La baja de José Luis Gayà le vuelve a abrir las puertas del once al chico de la Pobla de Vallbona. El capitán dejará su puesto a otro valencianista de cuna. Porque a Lato, antes de nacer, ya le ponían el himno. En su casa, se respiraba fútbol en cada rincón. Su árbol genealógico debe tener forma de balón porque por todas las ramas que parten de él florecían pelotas y camisetas.

Hasta Maite, su madre, también hizo sus pinitos. Incluso, jugó en la Selección Valenciana en un momento en el que el fútbol femenino no pasaba por un buen momento. Maite, que coincidió en la Selección con su hermana (era portera), se quedó embarazada de Lato y ahí tuvo que colgar las botas una centrocampista con clase que antes ya había jugado al balonmano. La madre del lateral del Valencia lo dejó, pero Lato, casi recién nacido, recorría los campos de la Comunitat para ver a algún familiar. Cuando no era su padre, jugaba su tío. Sus abuelos también fueron futbolistas modestos, pero le inyectaron la pasión y los genes a Toni. El padre de Lato llegó a tocar la Segunda B, pero el que hizo carrera fue su tío, Vicente Latorre, mítico jugador del Levante. El hermano de Lato, como no podía ser de otra manera, también juega al fútbol. Raúl, de 21 años, es el portero del Vallbona. Por la saga de los Latorre-Grueso fluye el juego.

Lato fue dando pasos importantes en su carrera, pero el primer reto que tuvo que superar fue el de quitarse el miedo escénico. "Lato era tan tímido que lloraba en cada gol que marcaba", recuerda a AS a Toni Lato, el padre. El pequeño rubio de melenita maravillaba a todo el mundo, pero para él era un suplicio cada vez que jugaba. Cuando su entrenador le daba la orden de saltar al campo, empezaban los problemas. "Llegó a marcar 180 goles de delantero en una temporada en prebenjamines, pero le costó quitarse esa vergüenza", afirma su padre. En un torneo amistoso, llegó el Valencia a Vallbona. El equipo local, en el que jugaba Lato, ganó 4-2 al gigante ché. Un hat trick del 'rubio' puso en alerta al Valencia, que no tardó en ficharlo. En Paterna, también tuvo problemas porque Lato no pudo ir a jugar un torneo a Andorra. "Le daba rubor, era increíble", afirma Toni Lato padre. Emilio Ibáñez, amigo de la familia y compañero del padre, fue clave para que Toni se quitase esos miedos. Ibáñez empezó a trabajar con Toni desde pequeño y actualmente es el psicólogo del Valencia.

Maite, con sus dos hijos, Toni y Raúl.
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Maite, con sus dos hijos, Toni y Raúl.DIARIO AS

Tras superar sus problemas, Toni explotó, consolidándose en el Valencia y en sus categorías inferiores como uno de los laterales del futuro. El pasado año tuvo que salir al PSV, donde vivió otro calvario. Van Bommel, recién aterrizado Lato en Holanda, le hizo la cruz. Incluso, le llegó a mandar al filial. "Al primer día de estar en el PSV ya se quería volver", afirma su padre. Lato tuvo que sobreponerse a otro golpe. No fue feliz en Holanda y puso rumbo a Osasuna. En El Sadar volvió a sentirse futbolista de nuevo y la confirmación de que el Valencia contaba con él este año recompensó todos los malos momentos. "Ahora está muy feliz, en el club de su vida", señala su padre. Lato tiene tres semanas por delante para reivindicarse y tratar de que la ausencia de Gayà no se note. El enésimo reto para un chico de 23 años recién cumplidos empieza este sábado ante el Atlético.