Un rayo de luz en el Ártico

Hace apenas medio siglo que la liga noruega de fútbol permite al Bodø/Glimt disputar el torneo. Una creencia generalizada en el balompié nacional aislaba a los clubes por encima del círculo polar ártico, como es este caso, al considerar que serían incapaces de competir al mismo nivel que los del sur por las durísimas condiciones climáticas que atraviesan a lo largo del año. El Bodø/Glimt, fundado en 1916, se ha convertido esta noche en campeón liguero por primera vez en su historia. Necesitaba un empate ante el Strømsgodset (institución que vio nacer a Ødegaard) para asegurarse el título, y terminó venciendo por 1-2. El conjunto escandinavo, 18 puntos por encima del Molde (club en el que militó Haaland a las órdenes de Solskjær), es el nuevo rey de la Eliteserien a 5 jornadas de finalizar el campeonato.

La ciudad de Bodø, capital de la región noruega de Nordland, cuenta con una peculiaridad debido a su situación geográfica extrema. Entre el 4 de junio y el 8 de julio de cada año sus 45.000 habitantes son testigos de la ausencia de noche, mientras que en ciertos momentos del invierno no ven el sol. Esta temporada su equipo les ha dado horas y horas de luz en forma de victorias: 22 triunfos de 25 posibles. Sus registros goleadores hablan por sí solos ya que han anotado 85 tantos a favor por 28 en contra. La pasada jornada, ante el Aalesund, lograron un imponente 7-0 en casa. El Aspmyra Stadion, feudo local, solo ha visto ganar a los suyos.

Dos copas noruegas ocupan las frías vitrinas de un club que perdió tres más y fue subcampeón de liga en cuatro ocasiones, la última, el año pasado. A nivel continental, su mayor logro fue llegar a octavos de final de la Recopa de 1979 ante el Inter de Milán. Esta misma temporada disputó las rondas previas que dan acceso a la fase de grupos de la UEFA Europa League, donde derrotó al Kaunas lituano en el primer partido y, curiosamente, al Zalguiris (vecino del primero) en el segundo. El rival para el tercer combate por lograr el objetivo era nada más y nada menos que el AC Milan, que eliminó a los noruegos con muchos apuros (3-2 en San Siro). De hecho, el conjunto italiano fichó a la estrella amarilla Jens Petter Hauge por 4 millones de euros tras ver su desparpajo sobre el césped.

El buen estado de forma del equipo mostrado últimamente se explica por el proyecto creado hace tres cursos. El Bodø ha cimentado las bases de su crecimiento en apostar por los jóvenes de su cantera. De esa manera, pretenden competir en el país, en Europa, y buscan nutrir de talentos a la selección. En los últimos años, jugadores como Alexander Tettey (ahora en el Norwich City) y Hakon Evjen (AZ Alkmaar) brotaron de la academia y ahora juegan con el combinado nacional.

Alexander Sørloth, ariete del RB Leipzig, formó parte del equipo en 2015. Ahora ocupa el puesto de goleador el danés Kasper Junker (19 goles en 20 partidos), que aparece en el top de anotadores de Europa. Por la derecha, Zinckernagel es el máximo asistente y en zona de medios Vetlesen y Solbakken están haciendo olvidar al milanista Hauge. Eso sí, Patrick Berg, habitual con la selección, continúa ejerciendo de líder y cerebro del equipo.

Bodø, ciudad bombardeada el 27 de mayo de 1940 por la Alemania Nazi y casi destriuda por completo, resurgió. Ahora, tras años ignorado y menospreciado futbolísticamente, vuelve a levantarse a lo grande. Glimt, que significa "rayo" en noruego, define a un club que resistió a las más fuertes ventiscas.