El enfrentamiento Espanyol-Girona surgió en plena Guerra Civil
El primer enfrentamiento estatal data de 1937, Copa España Libre-Trofeo Presidente de la República, y se impusieron los pericos por un contundente 6-3.
Los enfrentamientos entre Espanyol y Girona no se limitan a las dos temporadas en que ambos clubes coincidieron en Primera. Van mucho más allá. Comenzaron en los años 30 del siglo pasado, con los primeros enfrentamientos en el Campeonato de Catalunya, y se ‘oficializó’ en 1937, cuando se vieron las caras en la llamada Copa España Libre-Trofeo Presidente de la República, que en 2007 fue equiparada por el Congreso de los Diputados a la Copa del Rey (o de España), calificación que la Federación Española de Fútbol tumbó dos años más tarde.
El caso es que ese primer precedente documentado a nivel estatal, que data del 21 de febrero de 1937 y que tuvo Sarrià como escenario, supuso una goleada de escándalo para los pericos, que se impusieron por 6-3, aunque a 20 minutos para el final del partido llevaban un set en blanco: 6-0. Consolidó el Espanyol su liderato en una competición que surgía como torneo para los equipos catalanes y valencianos situados en la zona republicana en plena Guerra Civil.
No en vano, la crónica de ‘Mundo Deportivo’ aparece rodeada de una sección denominada “Información de guerra”, en la que se repasa el estado de la contienda en todos los frentes. Y sobre el terreno de juego, antes del partido unos obreros de la General Motors hicieron una exhibición militar, y acto seguido los himnos eran interpretados por las milicias de los cuarteles de Carlos Marx (sic.) y Juventud Socialista.
Chas, Julio y Espada fueron los goleadores del Espanyol, todos por partida doble, mientras que por el Girona maquillaron el marcador Bremón (dos) y Parera, aprovechando para batir a Alberto Martorell una vez que Perico Solé se lesionó y tuvo que dejar a los blanquiazules con diez. Tin Bosch, por sus centros, y Pitus Prat, por su precisión, fueron según los reportes los otros grandes destacados del partido.
Florenza, el guardameta del Girona (Francesc, que nada tenía que ver con otro portero, Llàtzer Florenza, que había jugado en el Espanyol), evitó una goleada aún mayor. No en vano, le detuvo un penalti a Prat. Chas y Manolín, además, enviaron sendos remates al poste. Y Julio anotó el 7-3 a un minuto del final, pero fue anulado por fuera de juego. Un recital, vaya.
La Copa España Libre-Trofeo Presidente de la República la acabaría conquistando, también en Sarrià, el Levante, que curiosamente participó en el torneo como recambio del Barcelona, que rehusó disputarlo porque prefirió realizar una gira por México y Estados Unidos, con la que obtendría 12.900 dólares cruciales para salvar la economía del club azulgrana.
Pero esa es otra película. La de los enfrentamientos entre Espanyol y Girona acababa de comenzar en una competición que la historia -escrita casi siempre por los vencedores- acabaría juzgando como apócrifa.