Órdago al Madrid tras el parón
El cortocircuito en Mestalla obliga al Real Madrid a no poder fallar a la vuelta del parón. Dos semanas con cinco partidos... y cuatro son lejos del Di Stéfano. Milán, Donestk, Sevilla...
El cortocircuito colectivo en Mestalla le puede pasar aún más factura al Real Madrid al volver del intermedio por los partidos de selecciones. Le viene un calendario que es un órdago sobre la mesa. De sus próximos cinco partidos, que tiene que jugar en solo dos semanas, cuatro serán lejos del Di Stéfano. La transición de noviembre a diciembre es un muro.
Empezando en La Cerámica contra este Villarreal lanzado de Emery (21-N) luego tendrá que ir cuatro días después de nuevo de visita, esta vez a un Inter que ve el partido a vida o muerte, el 28 si hace parada y fonda en Valdebebas contra el Alavés antes de echarse de nuevo a la carretera: el 1 de diciembre a Donetsk a un partido en Ucrania que puede ser una trampa y cuatro días después de eso, un viejo puerto de montaña de categoría especial, el Pizjuán.
El Madrid viene quejándose del cansancio (Zidane, tras el 0-1 del Cádiz), de falta de confianza (Zidane, tras el 2-3 del Shakhtar) o directamente no tiene explicación, salvo la mala suerte a la que aludía Courtois para excusar lo de Mestalla, o las quejas por el polémico arbitraje de Gil Manzano y el VAR y los tres penaltis en Valencia.
El futuro en la Champions está en juego
Aunque el 3-2 al Inter despejó muchos nubarrones, el Madrid se juega su futuro en la Champions en seis días y las dos veces a domicilio, aunque ahora no haya presión ambiental. Conte avisó en Madrid que no se dan por eliminados y planteará un todo o nada. Y si el Shakhtar destrozado por el coronavirus fue capaz de ganar el Di Stéfano, no tiene por qué ser menos peligroso ahora pese a que se ha esfumado el efecto sorpresa. Ahora mismo tiene ventaja por el goal average con el Madrid, dato este que no es baladí.
El cierre del esfuerzo será el Pizjuán, tradicional hueso, con Lopetegui (y lo que eso sigue conllevando) y un tipo muy conocido en Valdebebas, Óscar Rodríguez, vendido el pasado verano al club sevillista por 15 millones de euros. Sevilla será, para bien o para mal, la culminación a dos semanas de vértigo. Un calendario mucho más duro y justo a la inversa del que el afrontó en noviembre del año pasado tras el mismo parón FIFA. Entonces el Madrid tuvo cuatro partidos y tres fueron en el Bernabéu: solventó en Liga el choque contra la Real Sociedad (3-1), el del Espanyol (2-0) y la visita del PSG (un 2-2 que cerró el pase a octavos) y sólo viajó a Mendizorroza, donde salió victorioso (1-2). Ahora será muy diferente.