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KALUSHA BWALYA

"La tragedia aérea de Zambia fue muy difícil de asimilar; en el campo solo veía caras nuevas"

Una vida con todo un guion de película. Kalusha Bwalya (Mufulira, 1963),ex futbolista y ex presidente de la Asociación de Fútbol de Zambia, habla con AS de ‘Eighteam’ (Rakuten TV) y el trágico accidente aéreo de 1993.

"La tragedia aérea de Zambia fue muy difícil de asimilar; en el campo solo veía caras nuevas"
DIARIO AS

La historia de Kalusha Bwalya hace honor a Chipolopolo, el apodo de la selección de fútbol de Zambia que ensalza y compara a sus jugadores con balas de cobre que van siempre hacia adelante. El ex futbolista atiende por videollamada a AS desde Lusaka para hablar del documental Eighteam (Rakuten TV) y el resurgir del equipo tras el trágico accidente aéreo de 1993 en el que fallecieron todos sus compañeros. La charla se convierte en un viaje en el tiempo tan duro como liberador.

¿Qué hacía tan especial a la selección de Zambia que falleció en el accidente aéreo?

Fue uno de los equipos con más talento. Teníamos jugadores de talla mundial en cada posición. Sacábamos la pelota desde atrás, atacábamos, buen fútbol... Sorprendimos a Italia en los Juegos. Un equipo joven, listo para conquistar el mundo. Seguramente podría haber ganado una Copa de África antes.

Usted sobrevivió porque no viajó en ese avión. ¿Cómo supo de la tragedia?

Fue un momento muy duro. No teníamos acceso a la información como hoy. Estaba en Holanda y sonó el teléfono. Era el director financiero, algo nada habitual. Me dijo que debía retrasar mi vuelo, pero no me daba más información. Luego ya me contó que se hablaba de un accidente y confirmé por televisión que no había supervivientes. Mi teléfono no paró de sonar aquel día. Todo el mundo quería saber si había viajado.

¿Se planteó entonces no volver a jugar más al fútbol?

En aquel momento no sabía si volvería a jugar. Cuando la gente me veía, lloraba, me abrazaba... Ahí no piensas en fútbol. Luego ya piensas que no quieres seguir jugando. El presidente de la República me dijo que si no seguía, todos mis esfuerzos habrían sido en vano. Me convenció de seguir hacia adelante. Si no, seguramente habría sido mi final como futbolista.

¿Cómo vivió como capitán la reconstrucción del equipo?

Tuvimos que volver a competir a las seis semanas. Fue lo más difícil para mí, pero para los jugadores nuevos todavía más. Los aficionados nos miraban en silencio, estaban en duelo y se preguntaban si el equipo sería tan bueno. Cuando saltaba al campo y me giraba solo veía caras nuevas... No fue fácil el aspecto psicológico. Luego mi deseo fue construir un equipo que fuera una réplica de aquel de 1993. Que el portero jugara como Efford Chabala, el lateral derecho como John Soko, el izquierdo como Changwe... Significaban mucho para nosotros.

¿Cree en el destino? Zambia ganó la Copa de África 18 años después, con 18 penaltis...

Tiene que haber algo mágico. Nadie creía en Zambia y le ganamos a todos jugando un gran fútbol. Finalizamos el trabajo que venía haciendo tiempo atrás. Lo logramos en la tanda de penaltis en un día increíble.

¿Qué sintió cuando levantó por fin el trofeo?

En mi vida imaginé que lo levantaría. Miraba el trofeo y me preguntaba cosas. ¿Cómo sucedió esto? ¿Es real? Fue algo surreal... En Zambia las colas para ver el trofeo eran increíbles. Jamás imaginé que significaría tanta felicidad para la gente.

¿Qué significan la música y ‘Chipolopolo’para Zambia?

Chipolopolo es una canción muy popular. Habla de balas de cobre que siempre van hacia adelante y nunca se rinden. Es el apodo de nuestra selección. Si hay algo que echo de menos es cantar con Zambia.

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AMR ABDALLAH DALSHREUTERS