Rubén Castro: “Tengo mucho que agradecer a Pepe Mel”
El ariete, en las filas del FC Cartagena, es el máximo goleador de Segunda a sus 39 años. De su sobresaliente trayectoria, destaca al técnico que le hizo “explotar" en el Real Betis y a Jorge Molina como compañero.
Lo primero de todo, enhorabuena por el arranque de temporada en el FC Cartagena. ¿Lo esperaba tan bueno?
Gracias. La verdad es que no lo esperaba, ni a nivel individual ni colectivo. Pero todos lo estamos haciendo bien y confío mucho en este grupo. Cuerpo técnico y jugadores estamos realizando un gran trabajo y lo vemos reflejado en el terreno de juego.
Lleva nada más y nada menos que 19 temporadas consecutivas haciendo gol, es el actual pichichi de Segunda con siete dianas. ¿Cuál es el secreto?
¡La ilusión! No hay otro. Que con esta edad siga marcando goles es porque me encanta lo que hago, le pongo muchas ganas para querer y poder jugar lo máximo posible. Y claro está, a eso le añado que me cuido mucho.
¿Qué queda del Rubén Castro que debutó hace 20 temporadas con la UD Las Palmas?
Pues que tengo la misma ilusión ahora con 39 años que cuando tenía 20, las ganas de querer ser alguien en el mundo del fútbol. En todo esto tiempo pasé por momentos buenos y no tan buenos, pero siempre había ilusión en mí y sigue intacta. Disfruto jugando cada partido.
Está a cuatro goles de los 250 entre Primera y Segunda. ¿Tiene unos preferidos a otros ya sea por importantes o por que sean más bonitos?
No, no me pongo a mirar si mis goles han sido mejores o peores. Todos cuentan lo mismo, tienen la misma importancia para mí. No prefiero unos a otros, pero sí recuerdo uno muy especial. Lo conseguí con el Real Betis ante la AD Alcorcón y sirvió para que ese día lográsemos el ascenso a Primera División (hizo dos, el otro de penalti).
¿Es posible acordarse de todos ellos?
De muchos sí, de otros no. Son demasiados, pero la mayoría sí los recuerdo. Tampoco los tengo guardados, aunque hoy día en YouTube están todos y en cualquier momento los puedo ver.
Su primer pichichi fue con 22 años, en la UD Las Palmas, pero el equipo descendió a Segunda B. ¿Qué sabor le dejó?
Fue una temporada rara. Quedé máximo goleador de la categoría pero el equipo bajó a Segunda B. Aunque a mí me sirvió para firmar en Primera con el Deportivo, no fue un año para tener un buen recuerdo. Al grupo, que era lo importante, le fue mal. Además, no es bonito descender con el equipo de mi tierra.
Se marchó al Deportivo, pero las cosas no fueron como esperaba. Mirando atrás, ¿lo achaca a algún motivo?
No lo sé, por aquella época el Deportivo tenía a jugadores increíbles y también sufrí muchas lesiones. Luego encadené una cesión tras otra. De los siete años que firmé únicamente estuve dos y medio.
¿Tiene una espina clavada con esa etapa?
Sí, me hubiera gustado hacer algo más en el Deportivo, estar más tiempo. Pero no sé por qué no estuve a la altura.
¿Pensó que se apagaba su luz?
Es verdad que llega la desconfianza por momentos, pero sabía que si tenía continuidad en un equipo me iban a salir las cosas bien de nuevo. Por suerte fui al Huesca y después al Rayo y en Vallecas me encontré con Pepe Mel, que me llevó al Real Betis donde exploté. Necesitaba a un entrenador que me diese total confianza y él lo hizo, le tengo mucho que agradecer.
Pero primero renace en Huesca…
Así es, estaba sin jugar y me salió la propuesta del Huesca. Agustín Lasaosa, que era presidente, y toda la gente del club hicieron mucho por mí, se portaron muy bien. Conseguí 13 goles que hicieron que Mel me pidiese para el Rayo Vallecano donde marco 14 y me voy con él para Sevilla.
Ocho temporadas en el Real Betis con ascensos, un descenso, competiciones europeas y máximo goleador verdiblanco. ¿Es su verdadera casa?
Dieron para mucho todos esos años. Es donde he triunfado, me sentí querido y soy el máximo goleador de la historia de un club tan importante como el Real Betis, algo que no es nada fácil. Para mí, es mi casa y cuando deje el fútbol volveré a la ciudad para vivir allí.
Menuda dupla formó con Jorge Molina...
Con Jorge me entendía tanto dentro como fuera del terreno de juego. Eso era algo importante, porque no es normal que dos delanteros se lleven tan bien. Nunca hubo un mal gesto entre nosotros, ni una mala palabra. Éramos compañeros de habitación y me trató muy bien. Le tengo mucho que agradecer porque en los momentos complicados siempre estuvo ahí. Como compañero de todos estos años, me quedó con él.
A lo mejor no muchos lo recuerdan, pero tuvo un breve paso por China.
Sí, estuve media temporada allí en el Guizhou Hengfeng con Gregorio Manzano de entrenador. Fue una buena experiencia, ayudó mucho para decidirme que todo el cuerpo técnico fuese español. Hice goles, que era para lo que fui (siete en 11 partidos).
De vuelta, tras rescindir en el Real Betis, regresó al club en el que se formó. ¿Todos pensábamos que allí se iba a retirar en la UD Las Palmas?
Sí, yo también. Siempre dije que mi ilusión era colgar las botas en el Real Betis o en la UD Las Palmas, el equipo de mi tierra. Lo considero también mi casa. Pero por una cosa u otra no se dieron las circunstancias para que renovase y me tuve que buscar la vida en otro club.
A muchos extrañó su salida, por lo que hablábamos de la idea de poner fin a su carrera allí y porque en dos cursos hizo 30 goles.
Yo tampoco lo entendí, ellos tendrán sus motivos. Lo único que pude hacer fue buscar otro club y acerté con el FC Cartagena.
También sorprendió con la elección, un recién ascendido…
Había conversaciones con varios equipos y mi representante me comentó la posibilidad de venir a Cartagena. Desde el primer día que hablé con el club me convencieron con el proyecto, que iba a ser ambicioso. No me equivoqué al firmar aquí.
Para este curso, ¿qué objetivos tiene a nivel personal y colectivo?
Yo siempre intento superar o igualar el anterior, así que está en los 15 goles logrados el pasado. A nivel general, ahora mismo nadie piensa más allá de la permanencia. Está competición es muy larga y complicada, debemos ir partido a partido. Nuestro objetivo es la salvación. Si la conseguimos pronto, ya veremos…
Ha pasado de uno de los técnicos más veteranos, Pepe Mel, a uno de los más jóvenes, Borja Jiménez. ¿El trato es el mismo?
Es que con Pepe Mel es diferente respecto a cualquier otro, estuve con él muchos años y hay mucha confianza. Me ayudó dentro y fuera del campo, siempre estuvo ahí. Si a alguien le tengo que agradecer algo en el mundo del fútbol es a él. Pero con Borja también me llevo muy bien.
De toda su trayectoria, ¿con qué año se queda?
No sé, en el Real Betis tuve campeonatos muy buenos. Si tengo que elegir, la temporada en la que hice 19 goles en Primera División y nos clasificamos para la Europa League. Tampoco me olvido de los dos ascensos, con 27 y 31 goles en cada una de ellas.
¿Se quedó a la espera de una llamada de la selección?
Estuve a punto de ir, se habló mucho la temporada de mis 19 goles en Primera. Pero no llegó esa oportunidad, había mucha competencia en aquella época, con delanteros muy buenos.
Firmó un año y a este nivel no le faltarán ofertas. ¿Hasta cuándo seguirá jugando Rubén Castro?
¡Hasta que el cuerpo me diga que no puedo más! Ojalá no falten propuestas, será buena señal. Ahora mismo me encuentro muy bien, he jugado todo y llevo siete goles. Pero queda mucha temporada, cuando llegue el final analizaremos todos y decidiremos.
¿Pero ha pensado en el día después de la retirada?
La verdad que no, pero quiero hacer algo que esté relacionado con el fútbol porque no hay muchas cosas que se me den bien aparte de esto.