Una manita del Valencia para tomar impulso en la Primera Iberdrola
El cuadro valenciano firmó un partido para enmarcar ante el Santa Teresa. Marcaron Cubedo, Marta Carro, Salmi y Candela Andújar, que firmó dos golazos.
El Valencia sigue lamiéndose sus heridas. Tras cerrar una temporada para olvidar, en la que se salvó del descenso en los despachos tras la suspensión de la Liga por la COVID-19, el cuadro che está demostrando haber aprendido de sus errores. Tanto es así que en cinco jornadas sólo ha encajado una derrota, con tres empates y dos triunfos. El último de ellos fue de nivel, con una manita al Santa Teresa, que venía de un gran inicio liguero en el que se postulaba a ser equipo revelación.
El triunfo valencianista comenzó pronto a asomar en el marcador, con un gol de Cristina Cubedo antes de cumplirse el primer cuarto de hora de partido. La defensa castellonense firmó un potente remate de cabeza para adelantar a su equipo tras asistencia de Salmi. Las locales siguieron dominando el partido, que se marchó al descanso con 2-0. El segundo tanto fue obra de la capitana, Marta Carro, que remató un centro preciso de Jansen.
En la segunda mitad llegó el festival de goles, con una Salmi que remató su gran partido con un gol. La finlandesa había firmado varias ocasiones claras y encontró portería tras una internada de Bonsegundo que le puso el gol en bandeja para que rematara a placer. La argentina también tuvo un gran protagonismo en el ataque che, dejando un tiro al poste desde los 11 metros.
La goleada acabó con grandeza y golazos. El broche de oro lo puso joven Candela Andújar, que dejó dos zarpazos imparables para cerrar la manita. El primero de sus goles llegó de volea desde la frontal del área. Mientras, el segundo fue todo un trallazo en el que poco pudo hacer Yolanda Aguirre.
Tanto la meta como su equipo salió del Antonio Puchades cerrando la puerta a un partido para olvidar... Unas sensaciones, como es lógico, que son totalmente contrarias para un Valencia que vuelve a sonreír con fuerza. Las de Bargués quieren soñar y su empeño ya les asienta en la zona cómoda de la clasificación.