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ALEMANIA

El único entrenamiento que se perdió Guardiola en Múnich

Según cuenta The Athletic, cuando estaba en el Bayern, Pep se obsesionó con el Benfica de Rui Vitoria y prefirió seguir desmigándolo a acudir al entreno.

El único entrenamiento que se perdió Guardiola en Múnich
Adam Pretty

"Nuestro trabajo ahora es oficina, que no se lesionen y nada más. Ya no hay entrenadores son gerentes de jugadores, de que no se hagan daño. Hay poco tiempo", reconocía con lástima Pep Guardiola ante lo micrófonos de Esporte Interativo cuando le preguntaban por el inicio de su antiguo segundo entrenador Domènec Torrent en Flamengo y como este podía cambiar su modelo de juego.

Unas declaraciones sintomáticas de como está el fútbol para Pep Guardiola y como este disfruta construyendo en torno a un grupo y una manera concreta de jugar. De la evolución de los equipos camino a la victoria de una manera determinada. En Barcelona era su ecosistema pero en Baviera y Manchester tuvo que trabajar contracorriente. Cada entrenamiento era clave para explicar nuevos conceptos que en la Masía se adquirían desde benjamín y, de todos sus días en Múnich, solo se ausentó en una sesión. ¿El motivo? El Benfica.

Ambos equipos se enfrentaban en cuartos de final en la Champions 2015-16 y Pep Guardiola elogió a Rui Vitoria antes y después. Su equipo, dijo, estaba defensivamente "al nivel de uno de Arrigo Sacchi". Palabras mayores que no eran mera cortesía. Lo pensaba de verdad. Tanto era así, que se encerró durante 12 días en la oficina para ver y desmigar hasta diez encuentros del Benfica, según recuerda The Athletic. Dolores de espalda de horas y horas en la silla y llegar hasta saltarse incluso sesiones de entrenamiento para ver como podía dañar a su rival que acabaron convertidos en un vídeo de 45 minutos sobre cada detalle a tener en cuenta para batir al Benfica.

Tal y como preveía el entrenador, la eliminatoria fue complicada. En Múnich ganaron por la mínima con un gol de Vidal en el minuto 2 y en Lisboa empataron a dos con goles del chileno y de Müller para los bávaros y de Raúl Jiménez y Talisca para los portugueses. El tanto del centrocampista les dio el pase pero la eliminatoria fue trabajadísima. 

En semifinales, el Bayern no fue capaz de romper la muralla del Atlético de Madrid lo suficiente como para llevarse el cruce y quedó fuera aunque no le faltaron ocasiones. La vuelta en Baviera (2-1) fue un asedio total que acabó sin derribo atlético, que más tarde perdería la final en penaltis ante el Real Madrid.