Banquillos calientes entre Mánchester y París

El PSG y el Manchester United son clubes totalmente distintos. Lo único que tienen de parecido es que son dos de los más ricos del mundo (uno le da más gracias a la inversión extranjera que otro). Pero ahora también coinciden en que sus entrenadores están más en entredicho que nunca.

Solskjaer no ha hecho tantos méritos como Tuchel en el pasado y, por tanto, su puesto corre más peligro que el del alemán. La situación en liga es insostenible, habiendo ganado solamente dos partidos. La imagen que dejaron ante el Tottenham, cuando perdieron 1-6, fue desoladora, y el Arsenal el pasado fin de semana añadió un poco más de agua a un vaso que está llegando a su límite. De hecho, la Champions League era lo único que funcionaba (importantísimas victorias ante PSG y Leipzig) y esta semana cayeron ante el Istambul Basaksehir.

Las críticas no cesan y se pide más de un equipo con la plantilla que, especialmente del centro del campo hacia delante, tiene poco que envidiar por nombres a la de los demás miembros del Big-6. Que las leyendas del club sean las más críticas con su excompañero no ayuda. Mientras, Pochettino espera su turno y es el nombre que más suena entre la prensa local.

Por su parte, Tuchel no es menos. Tiene más margen de error después de haber llegado a la final de la Champions el pasado mes de agosto, pero ahora es la competición europea la que se le resiste. Perdieron ante el Manchester United en la primera jornada y en esta última ante el RB Leipzig. Ahora están en una posición muy peligrosa y con la obligación de ganar a los alemanes en la próxima jornada de Champions.

En principio no teme por su puesto hoy, así también lo aseguró en la rueda de prensa del miércoles. Pero la directiva del club ya piensa en su despido y, como en Mánchester, ya hay alguien a la espera: Motta. Lo de este fin de semana no son finales para Manchester United y PSG, pero sí para sus entrenadores.