Cedenilla, MVP del Real Madrid en Arona 2010 y curado de cáncer, ahora en el Badajoz
El lateral izquierdo, estrella del conjunto blanco en el famoso torneo de alevines, sigue creciendo y repasa para AS su trayectoria.
Jesús Manuel Cedenilla, o simplemente Cedenilla, era un nombre que estaba en boca de todos los que seguían las grandes canteras del fútbol español hace exactamente diez años. Con solo 12 años, participó con el Real Madrid en el Torneo Alevín de Arona en 2010, la versión internacional del clásico torneo nacional celebrado en Brunete. Allí maravilló a todos con una zurda, una personalidad, y una arrancada desde la izquierda espectacular. El inicio de una historia que, tras un obstáculo importante solventado, solo acaba de comenzar. “Aquí sigo, en mi otro camino”, cuenta a AS.
Cedenilla estaba cumpliendo su sueño de ser futbolista, y encima en el Real Madrid, pero tres años después de brillar entre las mejores jóvenes promesas de su edad le diagnosticaron cáncer con apenas 15 años. Este revés, duro, fue superado con éxito y volvió a pelear por un sueño que mantenía intacto.
En el año 2016 le tocó salir de la que había sido su casa durante diez años, pasando por la cantera del Málaga y del Alcorcón hasta realizar una buena temporada pasada en Las Rozas, en Segunda B. Su papel en el equipo madrileño le valió para dar el salto esta temporada al CD Badajoz, uno de los clubes punteros de la categoría y con las miras puestas en el ascenso a Segunda. De momento no se ha ganado la titularidad en este comienzo de campaña, pero de retos sabe de sobra y no se dará por vencido.
La estrella de la generación de 1998: MVP de Arona 2010
Todos los años, cuando llegan el Campeonato Nacional Alevín de Fútbol de Brunete y su versión internacional en Arona, surge la misma pregunta, qué habrá sido de los mejores jugadores del torneo. Pues el ganador del torneo de Arona en el año 2010 es actualmente el lateral izquierdo del CD Badajoz, y forma parte de una lista en la que están jugadores como Granero, Iago Falqué, Deulofeu o Carlos Soler.
En aquel campeonato, el Real Madrid perdió en la final contra el FC Barcelona en los penaltis, por 1-2 tras empatar a cero. De hecho, Cedenilla falló uno de ellos en la tanda, pero lo recuerda con melancolía para AS: “Es un recuerdo muy bonito. Es algo que se te queda en la memoria y lo recuerdas como si fuera ayer. Lo ves por la tele y lo esperas con mucho deseo. En la final perdimos en penaltis pero fueron buenas sensaciones, bonitos recuerdos con grandes compañeros”.
Entonces, aquel Madrid tenía jugadores como Luca Zidane (Rayo Vallecano), Achraf (Inter de Milán), Sotillos (Fuenlabrada), Jaime Sierra (Logroñés) u Óscar Rodríguez (Sevilla FC), frente a un FC Barcelona con Carles Aleñá (FC Barcelona), Dani Olmo (RB Leipzig), Oriol Busquets (FC Barcelona B) o Marc Cucurella (Getafe).
“No tienes presión de nada, juegas por amor. Son los años que más se disfrutan y los más intensos. La familia te acompaña y disfruta de ti”, recuerda sobre aquellos partidos de su niñez.
El cáncer no puede con Cedenilla
En diciembre del año 2013, tras superar un cáncer que se le había diagnosticado seis meses antes, recibe la noticia de su vida, que es que seguía con vida y totalmente recuperado, así como los ánimos de jugadores del primer equipo: “No hay ningún momento bueno para que llegue, fue duro. Al final te pilla de improvisto. Lo enfoqué con mentalidad positiva, energía, una mente alegre, e intentando disfrutar el momento, sobre todo por mi familia. Estuve en las mejores manos posibles, el club se portó de diez, y fue muy rápido. El tratamiento fue una locura. Puedo decir que estoy curadísimo y sin secuelas. Se queda como una anécdota y un recuerdo más. La superé y a seguir viviendo”.
Con solo 15 años, nadie mejor que él sabe lo que es pasar por eso, cuando estaba cumpliendo su sueño en las filas del Cadete A del Real Madrid. De hecho, reconoce a AS lo duro que fue el regreso: “Estás débil y me costó que mi cuerpo fuera mi cuerpo y a sentirme un poco yo. Fueron muchos meses sin competir. Las semanas sin quimio me ejercitaba en Valdebebas con mis compañeros a otro ritmo. Luego me costó volver a sentirme como sentía en el campo”.
Tras ese año en blanco, Cedenilla trabaja duro para recuperar su mejor nivel y llegar algún día a ser lo que en ese momento era Marcelo, su ídolo en su posición. Sin embargo, el club prescinde de él años más tarde, en el Juvenil A. “Las cosas vienen como vienen, no te las esperas, pero no hay que buscar culpables ni excusarse. Me tocó buscar otro camino”, explica.
La vida fuera del Real Madrid, un continuo crecimiento hasta Badajoz
Tras abandonar la cantera merengue, el Málaga CF lo recluta para su cantera, en concreto para el Juvenil A, con el que llega a jugar dos eliminatorias de la Youth League. Y una temporada y media después, en enero de 2018, el Alcorcón lo incorpora para su filial, siendo su regreso a Madrid. “Lo recuerdo como años de montaña rusa, pero de buenas sensaciones. No pude mostrar mi mejor nivel, pero es lo que hay y salí buscando otra cosa”, valora sobre ambas etapas.
En busca de otro club, llega a Las Rozas CF, donde recupera su mejor versión. “Disfruté mucho. Me dieron mucha confianza y libertad. El grupo humano era increíble. Rendí a buen nivel y eso me ha hecho llegar al Badajoz”, afirma sobre una de sus mejores experiencias, la pasada campaña.
De momento, sin minutos en el inicio liguero
Actualmente, Cedenilla no ha podido disfrutar de minutos en lo que va de competición, pero no lo entiende como un parón: “Es un salto de calidad en mi carrera, en todo. Hacía tiempo que no entrenaba como entreno ahora. Me estoy encontrando muy bien, esperando mi oportunidad y estar preparado. Tengo sensaciones que hacía tiempo que no encontraba en mí”.
Además de su crecimiento como jugador, en lo personal está encantado con el Badajoz. “Me sorprendió mucho al llegar, la gente que está loca por el fútbol y nos apoya. Un club con exigencia máxima, que es lo que buscaba, y que busca ganar todo y estar arriba. Esto acaba de empezar, pero las sensaciones son muy buenas”, afirma feliz.
Su gran zurda, su velocidad, su potencia, su magnífico golpeo, son características que no ha perdido con los años, y que ya demostraba en los campos de fútbol 7, y espera poder dar muchas alegrías a su nuevo equipo, pero sin obsesionarse: “Prefiero vivir el presente, disfrutar el momento, pero está claro que la exigencia del club es máxima y entramos día a día para cumplir con esas exigencias”.