Lucas Vázquez se reinventa
Acaba contrato en 2021, pero pelea para que se le renueve. Sus actuaciones en el lateral le han devuelto el favor de la crítica: de señalado a Lucasfú.
En los despachos del Madrid daban a Lucas Vázquez este verano por más que amortizado, tanto futbolística como sentimentalmente. Cumplidos los 29 en julio, con contrato hasta 2021 y la necesidad de alimentar las cuentas por la crisis generada por la pandemia, era buen momento para su salida. Nunca, por lo que implica su figura de canterano y hombre de club, se le hubiera forzado a ello, pero sí era la preferencia. Zidane difería: quería que se quedase porque le gana su compromiso y su rendimiento. También su polivalencia en ciernes: la reconversión a lateral se entendía clave, algo que se ha demostrado con los meses.
Con los puestos de ataque hasta los topes (Asensio o Rodrygo le aventajan en la derecha), Lucas dio un paso atrás posicional para seguir adelante. Se planeó que en la 2020-21 se tirara de él en el lateral cuando fuera preciso y las necesidades no sólo llegaron, sino que se han acumulado. Sin Carvajal, Odriozola ni Nacho, e incluso con Militao con coronavirus, el cúmulo de infortunios en la zona trasladaron al '17' al once. En el Camp Nou se le abrió el camino y en él se mantiene firme. Inició en el Borussia Park, contra el Huesca y frente el Inter, destacando no sólo por su tradicional entrega, sino por añadirse rigor táctico y amplia presencia a lo largo del carril.
Lucas, tres titularidades seguidas por primera vez desde la 2018-19
Con ello ha remontado un partido que parecía tener perdido, el de la crítica, especialmente cruel en las redes sociales. Lucas ha pasado de blanco perfecto de las mofas a señalado como ejemplo de lo que sí, con diferentes ocurrencias en torno a su nombre para elogiar sus prestaciones. Ahora es Lucasfú Vázquez o Cafucas Vázquez. Y eso se empezó a cocinar en el Clásico del 24 de octubre. Entró en el 42' por Nacho, lesionado, lideró en anticipaciones (tres), redujo a Jordi Alba y luego a Dembélé, y le sirvió sendos goles a Ramos y Kroos, que no finalizaron. Superada con éxito la prueba de fuego, acumula tres titularidades, un logro que se le resistió en la 2019-20.
Con el Monchengladbach se soltó más en ataque: en busca de la igualada (2-0 caía el Madrid, que terminó 2-2), lideró en centros (nueve) y fue segundo en ocasiones creadas (tres), también en recuperaciones (seis). Lo peor, sus 19 balones perdidos. Ante el Huesca asistió en el 2-0, el tanto que tumbó al Huesca, y pidió el cambio por una sobrecarga. Se rehízo rápido, importantísimo porque la defensa andaba en cuadro para la peligrosa visita del Inter, y con los de Conte tampoco se arrugó. Transmitió seguridad, participó en todo el campo (83 toques, el que más) y nadie dio más centros (tres) ni creó más oportunidades (tres) que él. Así va Lucas, luciendo el traje de lateral como si se lo hubieran hecho a medida.