Arnáiz, desatascador a cañonazos
El extremo del Leganés ya ha dado seis puntos a los suyos con dos goles mezcla de calidad y potencia. Suma ocasiones claras en cada partido y ya es el pepinero que más tira entre palos.
En Butarque se tenía a José Arnáiz por un fino estilista. Y lo es. Pero últimamente anda exorcizado por un rol diferente. El de butronero violento. Un desatascador a cañonazos incapaz de marcar goles al uso. No. Este extremo sólo saber marcar golazos y, cuanto más violentos, mejor. Goles, además, de peso. Goles para lograr victorias. El de Talavera está camino de convertirse en la mayor certeza de este Leganés plagado de dudas.
Ya avisó ante el Zaragoza. Fue en ése encuentro en el que el primer ‘boom’ restalló de una bota (la derecha) cargada de dinamita. Aquella jugada, eso sí, también tuvo otros actores. Gaku, al sacar el córner justo donde estaba Arnáiz. O el cuerpo técnico y una pizarra que lo dejaba sólo para el remate. Gol. Golazo para sacar tres puntos por la vía del resultado mínimo: 1-0 y a casa felices.
Ayer, ante el Mirandés, el asunto diferente. Ahí el mérito es mayoritario de él, de Arnáiz. Primero, porque en el partido andaba enredado en un juego poco vistoso. Acompañando a Borja Bastón en punta, el ‘10’ pepinero naufragó. No es su rol ni el equipo lo buscó como tenía planeado. Martí cambió la hoja de ruta y lo escoró a la banda tras el descanso. Y ahí, en su hábitat natural, nació el gol. Otro golazo.
Javi Hernández sacó de banda, el bregador Borja peinó para atrás y le dejó la bola al espacio. Ahí, en el abismo del verde infinito es dónde mejor se siente Arnáiz. Un toque fue suficiente para que se colocara la bola y lanzar un latigazo seco de zurda que, casi perpendicular al césped, sin coger altura, se clavó en el lateral del palo largo. Otro ‘boom’ restallando de su pierna (ahora la izquierda, la menos buena) para certificar otra victoria por la mínima: 1-0 y a casa… con dudas…
El Leganés jugó ante el Mirandés su triunfo de más incógnitas frente a un rival que lo acogotó en el área con una posesión que rondó el 60%. Escenario impropio para un gigante de la categoría como este este Lega en el que Arnáiz ha pasado a ser ya el recurso habitual del peligro. Pocos jugadores han creado en este inicio de curso tanto como él. En cada partido que comenzó de inicio, siempre ha tenido una (más bien varias) ocasiones de peligro. Ante el Girona se fabricó tres claras, también pudo mojar frente al Logroñés o el Oviedo. Sólo ante el Castellón (su primera titularidad) o contra el Sabadell (suplente) no generó peligro constante.
Insistencia que lo convierte en el futbolista del Leganés que más remates ha probado entre palos en lo que llevamos de curso (siete), más de la mitad de los trece que ha probado. Sólo Borja (dos goles, 15 disparos) y Santos (ningún gol, los mismos trece remates) han probado tanta fortuna como este ex del FC Barcelona.
Con su rendimiento, Arnáiz está dando la razón al club en su insistencia por retenerlo cuando Valladolid y, sobre todo, Osasuna, rondaron a la puerta para llevárselo a sus proyectos de Primera, una categoría en la que sus virtudes encajan mejor y a la que espera llevar este extremo fino estilista, pero también butronero del gol.