El Submarino de Unai por fin pita
El Villarreal amplía su racha ante el colista y se coloca tercero en la clasificación. Chukwueze y Pau Torres fueron los goleadores. Dos balones al palo del Valladolid.
El Villarreal ya es, por momentos, cuando no desfallece o se relaja, el que se preveía tras acabar el mercado de fichajes. Tras un arranque con algunas dudas fruto de esas cosas de la mudanza y la adaptación, acumula siete partidos consecutivos sin perder, se dispara hasta la tercera plaza de la clasificación y su fútbol por fin es proporcional a la calidad de su plantilla. Ante el Valladolid, sobre todo en la primera mitad, hizo casi todo con lo que Emery sueña: fue dominador, agresivo en la presión y contundente en las dos áreas. El Valladolid, colista, pagó la mejor versión del Submarino en ese arreón y, ahora sí, comienza a encender los cuatro intermitentes. Más que por los puntos que lleva en ocho jornadas, que también, debido a que se fue de La Cerámica con la sensación de que está negado. Al final, mereció más.
El Villarreal regresó al 4-4-2 porque Gerard, una vez recuperado, merece que el mundo gire a su alrededor y que cambie lo que haga falta. Del nuevo dibujo salió beneficiado Moi Gómez, que jugó entre líneas a sus anchas. El retoque de pizarra sacó a Kubo de la alineación y avivó el ingenio de Chukwueze, autor del primer tanto (21’) a pase de Pedraza, que hace una y otra vez los cien metros lisos sin necesidad de despeinarse. El gol dio al Villarreal el aplomo que a veces le falta. Trianguló más rápido que nunca y con una precisión que no se recordaba. El Valladolid, aplicado tapando espacios, se limitó a achicar agua sin saber qué hacer con el balón cuando alguna vez le hacía caso. El segundo gol (37') terminó por deprimirle. Moi botó un córner que Alcácer prolongó de cabeza en el primer palo y Pau machacó. Así se llegó al descanso. Con la impresión de que el Villarreal aspira a todo y con la confirmación de que, si el 2020 está siendo un martirio para todos, el 2021 que se le avecina al Valladolid no invita a sonreír.
Sergio se vio obligado a mover el árbol e introdujo un par de cambios entre bambalinas. Su ocurrencia cambió todo. El empuje de Hervías y Marcos André, unido a la relajación del Submarino, hizo que los papeles de protagonista se cambiarán por completo. Pese a que Alcaraz está lejos de lo que fue, que a Michel le cuesta mandar y a Orellana desbordar, se fue asomando al área. El Villarreal parecía sobrado. Pero únicamente lo parecía. Reculaba cuando le convenía y apretaba en el momento en el que el cuerpo le pedía más alegría. Mirar al banquillo y ver tal arsenal también anima a ese descaro. Weissman aprovechó entonces el periodo de entreguerras para avisar a Asenjo. Y al instante Gerard recordó que no quiere perder el tiempo rumbo a la Eurocopa. Marcó de cabeza pero Alberola Rojas, tras revisar la jugada en el monitor, anuló un cabezazo con olor a sentencia. Las manos del delantero sobre Joaquín le delataron. Emery estaba inquieto. Por eso, comenzó a refrescar piernas e ideas. Jugar cada cuatro días merma. Sus decisiones no pesaron mucho en el resto de un partido que Gerard y Kubo pudieron rematar, al mismo tiempo que Kike y Marcos André estrellaron sendos balones en la madera que pudieron dar emoción. Ya daba igual: lo ocurrido en el primer tiempo había convertido el segundo en un mero entrenamiento.
Sergio: " El de la Segunda parte es el camino"
El entrenador del Valladolid, Sergio González, comentó en rueda de prensa tras la derrota de su equipo ante el Villarreal que la versión que ofrecieron los suyos en la segunda mitad es el camino que deben seguir para poder salir de la complicada situación en la que se encuentran como colistas de la categoría.
"Nos hemos mirado a la cara en el descanso y nos hemos dicho que no podíamos seguir así. En la primera parte no hemos sido nosotros, hemos estado lejos de competir y de ser el equipo que debíamos ser. Mientras que el de la segunda es el que Valladolid que queremos", aseguró.
"Queda mucho, pero no podemos ser el de la primera parte, debemos ser el de la segunda parte, ese es el camino. Esa es la primera piedra y de ahí debemos seguir para buscar salir de abajo. Debemos salir al campo como hemos salido en la segunda a parte", insistió.
Sergio reconoció que aunque trabajan bien durante la semana "llega el partido y llegan las dudas. Al inicio sales atenazado, sales con dudas y es complicado. Debemos ser conscientes que somos últimos, pero debemos olvidarlo en el campo".
Preguntado por su continuidad al frente del equipo señaló que "durante la semana ya se ha hablado de eso, los jugadores me miran a la cara y piensan que yo soy el que puede sacarles de ahí. El club me traslada confianza, ellos quieren que lo saque yo, y eso me da fuerzas y me emociona. Creo que lo puedo sacar y que solo falta un click para cambiar esto. Pero noto esa confianza por parte de todos".