El Estadio de Gran Canaria pierde su imbatibilidad
El fortín de 7 Palmas cosecha su primera derrota del curso en un partido marcado por la inoperancia local.
Tras dos encuentros sin conocer la victoria, ante el Cartagena (3-0) y el Albacete (1-1) fuera de casa, llegaban los de Mel a su jardín favorito (aunque al principio de temporada el césped dejaba mucho que desear) para intentar volver a la senda del triunfo, aunque se encontraron a un conjunto asturiano que rompió una racha de nada más y nada menos que once encuentros consecutivos de los amarillos sin perder en su feudo este año.
A pesar de sólo haber ganado un partido en todo 2020 fuera de casa, como ya comentamos en el Diario AS la semana pasada, en la jornada 33 de la pasada temporada con gol de Rubén Castro ante el Almería, los de Mel habían compensado ese gran déficit con una extraordinaria eficiencia en casa, dejando escapar muy pocos puntos de Gran Canaria este año natural para sellar la permanencia. Hay que remontarse hasta el pasado ocho de febrero para acordarse de la última derrota insular en casa. Fue frente de un Cádiz de Álvaro Cervera, que finalmente subió a Primera División, con el mismo resultado que ante el Oviedo, uno a dos, con goles de Alberto Perea y Álex Fernández.
A partir de entonces, los amarillos cosecharon el curso pasado cuatro victorias ante el Lugo (1-0), Ponferradina (3-0), Mirandés (1-0) y Extremadura (5-1) y tres empates frente a Málaga (1-1), Girona (1-1) y Elche (1-1). Y ya esta temporada iban por la misma senda, sin haber perdido ni un solo partido en casa por el momento, con tres triunfos contra el Logroñés (2-1), Almería (2-0) y Castellón (2-1) y una igualada bastante alocada con el Fuenlabrada (3-3), hasta la fulgurante aparición de Nahuel en 120 segundos con dos goles (1-2 final) para derribar la muralla del Estadio de Gran Canaria y llevarse los tres puntos de la isla casi nueve meses después.