El pase de la reconciliación
Vinicius salió a la hora de juego y no paró de buscar a Benzema. El brasileño le pasó cuatro balones y el francés, tres. A punto estuvieron de crear un golazo.
Bandera blanca, se acabó el conflicto entre Benzema y Vinicius. Si bien el francés desató una tormenta el pasado martes al señalar a su compañero diciéndole a Mendy, en una exclusiva de Téléfoot, "no se la pases, juega contra nosotros", el partido contra el Huesca fue otra historia. Francés y brasileño no pararon de buscarse, asociarse y apoyarse, demostrando que la desavenencia es agua pasada y que no quedan asperezas. El cuentakilómetros de su relación se ha puesto a cero y han decidido volver a empezar.
Vinicius salió al campo a la hora de partido y, nada más pisar el césped, ya le dio un pase a su delantero. Sería el primero de muchos: en total se pasaron siete pelotas en los 30 minutos de juego que compartieron sobre el césped. Cuatro fueron pases de Vini a Karim y tres, al contrario. No fue sólo una cuestión numérica, también de actitud. Benzema se giraba hacia la banda izquierda la mayoría de las veces que recibía el balón y Vinicius, acostumbrado a encarar y disparar, estuvo mirando más que nunca al área para buscar un centro.
Reflejo de ello es que a punto estuvieron de firmar uno de los golazos de la jornada. En el minuto 62 el extremo, en una de esas acciones caracterísitcas suyas, corrió a toda velocidad la banda izquierda para dejar atrás a dos rivales y servir un balón alto al corazón del área. Entró con todo Benzema, remató de forma picada... Y el cuero se marchó ligeramente por encima del larguero. El 9, nada más fallar, se giro hacia su compañero para agradecerle el pase que le había dado. Todos en el Di Stéfano sabían que a punto había estado de suceder; que ese tanto habría dado la vuelta al mundo.
La imagen de la concordia
Benzema, poco después del pitido final, subió a su perfil de Instagram una fotografía chocando las manos con el 20 y un meteorito junto a su nombre. El gesto es la escenificación pública del cariño que se tienen, impoluto a pesar de la marejada de las últimas semanas. No fue el único: otros jugadores como Rodrygo o Marcelo también publicaron imágenes en las que salían ambos abrazándose tras un gol.
Hachas enterradas
A lo largo de toda la semana se ha ido sanando la herida. El primer paso lo dio Benzema que, tal y como adelantó este periódico, se acercó a Vinicius en el vestuario para darle todas las explicaciones necesarias y aportar un punto de tranquilidad. Días después también puso un poco de pomada Zidane, diciendo en rueda de prensa que: "Yo también he dicho cosas así en un campo y me las han dicho a mí. Ambos hablaron y está aclarado". El duelo ante el Huesca fue la confirmación de que todo está bien. No quedan hachas de guerra porque todas están enterradas. En Valdebebas vuelve a reinar la concordia.