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ATHLETIC - SEVILLA

Una vacuna contra la depresión

Tarde de urgencias para Athletic y Sevilla, dos históricos necesitados. Garitano vive su peor momento de rojiblanco y se juega el puesto antes del parón.

Caras de alegría en el entrenamiento del Athletic en Lezama, con fútbol-tenis a cargo de Garitano, Vencedor, Capa, Morcillo, Sancet y Raúl García.
AIOL
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Athletic y Sevilla han sostenido pulsos con mucha miga en la larga historia de la Primera División española. Se diferencian por el radio de acción de su pedigrí: español en el club bilbaíno a través de sus títulos de Liga y Copa; y continental el del Sevilla por su competición fetiche, la Europa League. Pero en la era moderna son rivales directos por el segundo escalón tras los tres grandes y han sostenido pulsos intensos en los últimos tiempos en Copa y Europa League.

Ambos clubes eligieron el campo del rival de hoy como estadio alternativo por si la pandemia cierra su feudo. Y organizaron dos bolos juntos en el último parón, en San Pedro del Pinatar. Pero hoy no hay amigos en San Mamés (sigue el partido en directo en As.com). Todo lo contrario, porque ambos llegan necesitados de puntos para salir de la parte baja de la tabla, en una zona que no pega con su heráldica. Eso sí, les faltan partidos por los aplazamientos de las primeras jornadas. En el caso local, un encuentro; en el visitante, dos.

De todos modos, no es comparable la situación de los leones con la del Sevilla. En Bilbao hay un ambiente muy crispado por las ocho derrotas en los últimos once partidos del equipo, abarcando también el tramo final de la pasada temporada. Ha habido derrotas, como ante un Cádiz con nueve, que difícilmente se van a perdonar. El cuello de Gaizka corre peligro si hoy se va de vacío y también en la próxima jornada en Valladolid. Falta gol y el caso Llorente ha enturbiado aún más el ambiente. El debate actual es: ¿qué pinta Muniain en la banda derecha? Ahí pierde toda su magia, el juego entre líneas y el pegamento para buscar a Williams arriba. El técnico no se mueve de un once fijo y tiene a los chavales, buenas promesas llegadas del filial, para los recados. Córdoba se cayó de la lista por molestias en una rodilla y entra Herrerín de nuevo de relleno para completar los 23. Un portero con una ficha que ni podrían soñar muchos jugadores de equipos situados por encima en la tabla y que no cuenta ni como suplente.

El Sevilla llega con poco tiempo de preparación para una cita clave después de comparecer el miércoles en el Pizjuán contra el Rennes en la Champions. Lopetegui soporta un calendario exigente y apretado desde que abrió el fuego con la Supercopa de Europa ante el Bayern, pero es un bendito quebradero de cabeza. El problema que tienen los grandes. Se ha notado algo de desgaste en los últimos días. Por ejemplo, en las dos derrotas seguidas en LaLiga, ante Granada y Eibar, por lo que también le urge una reacción.

Ante el Rennes volvió a marcar después de tres partidos seguidos sin hacerlo, dos en LaLiga y otro en Londres. El cuadro nervionense tampoco es que borde el arte de definir. Para lograr el 1-0 del pasado miércoles tuvo que hacerse la foto ante la portería francesa en mil ocasiones. Koundé está de vuelta y da un rearme atrás de cuidado.