26 años del debut de Raúl
El mítico '7' blanco debutó en La Romareda ante el Zaragoza el 29 de octubre de 1994. Jugó los 90 minutos, dio una asistencia y pudo marcar varias veces.
La leyenda de Raúl González Blanco arrancó hace hoy 26 años en La Romareda (Zaragoza). Fue el 29 de octubre de 1994, en un Zaragoza-Real Madrid de Liga que finalizó con derrota blanca, pero en el que el equipo madridista vio nacer al jugador-franquicia de la siguiente década. El pistoletazo de salida para lo que vendría después: 550 partidos en Liga y 741 en total (récord de la historia del Madrid en ambos casos), 323 goles de blanco (sólo superado por Cristiano, con 450), tres Champions League, seis Ligas, dos Intercontinentales... El Madrid de la segunda mitad de los 90, hasta la llegada de Florentino y los Galácticos, fue el Madrid de Raúl.
Aquella fue la noticia del mes: un jugador del Real Madrid C (hoy extinto; es el equivalente al Juvenil A) debutaba con el Madrid y lo hacía fuera de casa, ante un rival de tronío (el Zaragoza por entonces era un asiduo de la lucha por los puestos europeos) y en el once titular. "El que se quiere comer el mundo tiene permiso para comérselo. Raúl ha entrado sin llamar, ha demostrado atrevimiento, tiene condiciones y, con independencia de su edad y nombre, tiene las puertas del Real Madrid abiertas", explicaba Jorge Valdano, técnico blanco, en rueda de Prensa. Un Raúl jovencísimo, de sólo 17 años y aún falto de experiencia ante las cámaras, revelaba lo que el argentino le había pedido: "Que me divierta y que lo haga como lo he hecho hasta ahora".
Ocasiones falladas y una asistencia
La entrada de Raúl significó también el principio del fin para otro '7' mítico, Butragueño, que aquel día se quedó en el banquillo y no pisó el césped. Raúl se situó como acompañante de delantera junto a Zamorano, secundado por detrás por Laudrup, Míchel, Luis Enrique, Amavisca o Redondo. En ese rol de segundo delantero indetectable, se presentó varias veces ante Cedrún; no le acompañó la puntería, sobre todo tras sentar al portero y, con la portería vacía, rematar alto con su pierna derecha, la menos hábil.
El Madrid pagó esos errores en ataque y el Zaragoza se puso 2-0, por lo que Valdano modificó el dibujo y situó a Raúl en banda izquierda. Más lejos del área, se le vio menos tras el descanso, pero a cambio regaló a Zamorano la asistencia para el 2-1, un centro medido que el chileno cabeceó a la red. Con todo, acabaría el Madrid perdiendo el duelo por 3-2, pero la semilla ya estaba plantada y no tardó en dar frutos: al partido siguiente, el derbi ante el Atlético en el Bernabéu, Raúl marcó su primer gol de blanco y lo acompañó con dos asistencias. El '7' se instaló en el primer equipo de forma permanente, alternó titularidades y suplencias hasta el fin del campeonato, anotó un total de nueve dianas en su primer año como profesional y levantó el título de Liga. El resto está en los libros de historia del Real Madrid.