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Grupo G | Ferencvaros 1 - Dinamo Kiev 1

Boli da en el 90' el primer punto al Ferencvaros en 25 años

El Dinamo Kiev se puso 0-2 al descanso pero el Ferncvaros sacó toda su garra en la segunda parte y acabó empatando gracias a los tantos de Nguen y Boli.

Los jugadores del Ferncvaros celebran un gol ante el Dinamo.
Los jugadores del Ferncvaros celebran un gol ante el Dinamo.

Volvían a verse las caras 45 años después de su último enfrentamiento, en la final de la Recopa de 1975, y para nada fue un partido como aquel, en el que el Dinamo Kiev pasó por encima del Ferncvaros (3-0): esta vez, los húngaros plantaron cara y, aunque tardaron en entrar al encuentro, consiguieron rascar un punto en el descuento (2-2) en el primer partido en su estadio en Champions en 25 años. Los goles en el primer tiempo de Tsyngakov y De Pena dejaron el encuentro muy encarrilado para los ucranios pero el Ferencvaros sacó todo su orgullo en la segunda parte y logró empatar el encuentro gracias a los tantos de Nguen y Boli.

El Ferncvaros salió revolucionado. Se cargó rápido de amarillas en posiciones estratégicas (mediocentro y laterales) y antes de la media hora se vio por debajo en el marcador por culpa de un penalti que no deja lugar a dudas en ninguna de sus dos interpretaciones: Kharatin se lanzó al suelo para tapa run disparo de Tsyngakov que acabó dándole en la mano y además terminó arrollando al delantero del Dinamo tras su remate. Mano o entrada a un rival en el área. El árbitro señaló la mano. El mismo Tsyngakov fue quien anotó de penalti y poco antes del descanso De Pena hacía el 0-2 al culminar una contra con un remate a puerta vacía tras un pase de la muerte de Buyaslkyi.

En la segunda parte el Ferencvaros sacó la garra, su mejor arma para esta Champions en la que debe pelear cada balón si quiere tener alguna posibilidad de seguir en Europa después de la fase de grupos, y con ella terminó empatando el encuentro in extremis. Nguen, el mejor de los suyos, se sacó un buen disparo cruzado en el 59' que puso en pie a los 11.000 aficionados que ocupaban las gradas de Gropama Arena de Budapest, cuyos gritos hicieron creer a más de uno que el estadio estaba a reventar. Con el público llevando en volandas al Ferencvaros hasta el área del Dinamo en la última media hora, Boli consiguió el empate en el descuento en una jugada rocambolesca en la que se aprovechó de un rebote para fusilar a Boyko.