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SHAKHTAR - INTER

Entre el sueño y la pesadilla

El Inter puede acabar líder si gana o colista si pierde. Enfrente, un Shakhtar extramotivado tras vencer al Madrid, pero con media docena de bajas.

Los jugadores del Inter pisan el Olímpico de Kiev.
Sergei SupinskyAFP

Sólo es la segunda jornada de la fase de grupos, pero en 90 minutos le puede cambiar mucho la vida a Inter y Shakhtar (sigue el partido en directo en As.com). El proyecto de Conte tiene ante sí dos posibles caminos: en uno gana y se pone líder; en el otro pierde y acaba colista. Son las dos caras de una moneda envenenada que se lanzará esta noche sobre el verde del Olímpico de Kiev (18:55 horas, Movistar Liga de Campeones), reedición de la semifinal de la pasada Europa League: aquel día el Inter hizo una manita (5-0) para citarse con el Sevilla en la final. Hoy soplan otros vientos.

Los italianos llegan en sobreaviso, a sabiendas de que su rival de Cenicienta tiene poco. El derechazo propinado en el Di Stéfano fue un aviso a navegantes de que en esta competición, si te relajas un solo minuto, te vas a la lona. Y con ese lema entre ceja y ceja viajaron los soldados nerazzurris a tierras ucranianas. El empate de la primera jornada (2-2) contra el Mönchengladbach ha dejado el cuerpo frío y elevado la presión en un equipo con muchas expectativas. El margen cada vez es menor y la reacción, urgente. Porque después vendrán dos partidos seguidos contra el Madrid (primero en el Di Stéfano, luego en el Giuseppe Meazza). Y la cuesta se puede hacer muy larga si se tropieza en Ucrania.

La afición interista se encomienda al talento del dúo Lukaku-Lautaro para reivindicarse y dar un golpe sobre la mesa. El belga atraviesa un momento sensacional: ha marcado en todos los partidos de esta temporada salvo ante la Lazio y ya van 7 dianas. En el estreno de Champions, sin ir más lejos, los dos goles fueron suyos. Por el otro lado está Lautaro: goles en las tres primeras jornadas y desde entonces, sequía absoluta. Ante el Genoa fue sustituido y se pilló un cabreo morrocotudo, de los que escenifican que no está contento consigo mismo, que no le salen las cosas, que algo no está bien. Muy de cerca continúa observándole el Barcelona y él se deja querer: "Ahora solo puedo decir que doy lo mejor de mí para ayudar al Inter. Mañana no sé qué pasará...".

Lukaku y Lautaro, la gran esperanza del Inter de Milán.
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Lukaku y Lautaro, la gran esperanza del Inter de Milán.

Esa frase dará que hablar en Italia, pero ahora nada puede distraer al equipo. Porque enfrente estará un Shakhtar en estado de euforia. Partía como la Cenicienta y de momento está líder. Que le quiten lo bailao. Para esta noche las bajas, entre coronavirus y lesiones, seguirán superando la media docena, pero el bloque está más unido que nunca y empieza a creérselo. A pensar que sí, que en un grupo con Real Madrid (trece Copas de Europa), Inter (tres Copas de Europa) y Mönchengladbach (una final en la temporada 1976-77 y cinco Bundesligas), ellos pueden estar en octavos de final.

Los números les acompañan: no pierden desde el 25 de agosto y llevan diez partidos consecutivos marcando al menos un gol. En casa no caen desde la sexta jornada de la pasada edición de la Champions (0-3 contra el Atalanta, el 11 de diciembre de 2019). El descaro es la principal virtud y a la vez el mayor defecto de un equipo bravo al ataque, pero inestable atrás. Es la canarinha ucraniana, en la que todos miran a la portería rival y pocos hacia la propia. ADN innegociable de un equipo que siempre ofrece espectáculo y partidos abiertos. El portugués Luis Castro repetirá prácticamente el mismo sistema que tumbó al Real Madrid: laterales con mucho recorrido, presión alta, libertad para Tete (el mayor diamante del equipo) y galones a Dentinho.

Con eso, a la batalla. En 90 minutos el Grupo B puede reordenarse o dinamitarse por completo. El Shakhtar tiene la oportunidad de ponerse con 6 puntos a cuatro del tercero (si vence y hay empate en el Borussia Park), además de ganar -provisionalmente- el golaverage con Real Madrid e Inter. También puede perder, ser adelantado y asomarse al precipicio de la tercera plaza. Los nerazzurros pasan por una situación similar: ganar es ponerse líder (en solitario si no vence el Mönchengladbach), pero perder puede suponer acabar cuarto a 4 puntos de lo más alto (si hay empate en Alemania). Pocas veces una segunda jornada resultó tan determinante. Shakhtar e Inter se juegan a una carta seguir en el sueño o caer a la pesadilla. El Olímpico de Kiev es una cuerda floja que no admite pasos en falso.