El Bayern dinamita el récord goleador de la Champions
El equipo alemán fue una máquina goleadora en la pasada edición y contribuyó decisivamente para convertirla en la más anotadora de la historia.
La Liga de Campeones 2019-2020 registró 386 goles en 119 partidos, cifra que supone un récord en el promedio de 3,24 tantos por encuentro y que es fruto del juego ofensivo y la presión alta de los equipos, según el Informe Técnico de la competición publicado este lunes por la UEFA.
El documento incluye un análisis detallado de la última temporada, en la que hubo una tendencia en el estilo de juego de alto riesgo, culminada con la consecución del título por el Bayern Múnich alemán, tras su victoria sobre el PSG (0-1) en la final jugada en Lisboa.
El equipo que dirige Hansi Flick culminó con la consecución de su sexta Liga de Campeones una campaña en la que protagonizó grandes goleadas como el 2-7 al Tottenham en la fase de grupos, el 1-7 al Chelsea en octavos de final y el 2-8 al Barcelona en cuartos, a partido único ya en la capital portuguesa.
Robert Lewandowski, mejor jugador de la temporada para la UEFA y también mejor delantero, fue el máximo anotador con 15 goles y su compañero de equipo Serge Gnabry el tercero con 9. Entre ellos se situó Erling Haaland, del Dortmund, con 10.
El informe destaca el peso de los centros y de los pases hacia atrás en la consecución del 29,3% de los goles anotados; la disminución en el número de dianas en jugadas a balón parado; el aumento en el número de equipos con una defensa de tres y el papel del carrilero en la creación del juego ofensivo.
El repaso de todas las fases de la competición y el estudio en profundidad de las estrategias y el juego de presión de los dos finalistas y otros tres equipos que llegaron a los cuartos de final -Atalanta, Leipzig y Manchester City- engrosan el informe, que también se detiene en el impacto del formato de las eliminatorias a partido único en la fase final a ocho desarrollada en Lisboa.
En sus páginas figuran las opiniones de observadores como el seleccionador de Bélgica, el español Roberto Martínez, quien destacó el aumento de la preferencia de los equipos de "empezar la jugada desde atrás, yendo entonces hacia delante y ejerciendo una presión muy alta", una estrategia que tiene riesgos pero también recompensas.