NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

BARCELONA

Ronald Koeman y Messi, los perdedores del Clásico

El holandés no leyó con rapidez el partido pese a su alineación atrevida y el argentino suma su sexto Clásico sin marcar goles ni asistir. A Leo se le acabó la gasolina pronto.

Koeman y Messi, los dos factótums sobre los que se debería sostener el Barça a día de hoy, fueron los dos grandes perdedores del Clásico. El técnico holandés fue atrevido con el once, pero ni acertó en la manera de diseñar la contienda ni estuvo lo suficientemente diligente en los cambios. El argentino sumó su sexto partido ante el Madrid sin hacer un gol ni dar una asistencia pese a participar en el 1-1. Sin duda, una señal de declive.

Pasadas las 14:30 horas, se confirmó que Koeman es un entrenador de principios. Valiente, prescindió de Griezmann en el once y puso a dos menores de edad en el once, Ansu y Pedri; y a un rookie como Dest. No funcionó. Koeman quiso tener el balón, pero desplazó de su posición a Pedri y a Coutinho, que estaba siendo un futbolista determinante en la dinámica de juego como enlace de Sergio Busquets y De Jong. El Barça ya escapó lo suficientemente bien con el 1-1 al descanso. El penalti le terminó de romper. Koeman prefirió esperar unos minutos para ver si el equipo se recomponía, pero perdió el tiempo. Porque no tuvo empaque, fútbol ni fe.

La falta de decisión de Koeman complementó lo de Messi, que ha pasado a ser un jugador de momentos. La diferencia es que empieza a no ser determinante en partidos que dominó casi con una pierna durante temporadas. Messi participó en la jugada del 1-1, pero luego no pudo definir ante Courtois una acción que hace un tiempo fue rutina. Sigue siendo un jugador con una intuición única, que aprovecha el error rival para sumar buenas acciones, pero Messi no puede escapar de su estatus ni de su salario que le obliga a hacer mucho más y volcar los Clásicos de su lado.

Messi y Koeman, cada uno en su departamento, resultaron insustanciales en el tramo final y, como dos grandes líderes del vestuario, eso le convierte en grandes responsables de la derrota. La última acción de Ramos, cortándole una transición a Messi con un truco de barrio, fue el epílogo frustrante a estos malos tiempos del argentino en los Clásicos.