Campamento anti-COVID en plena sierra de Buñol
La COVID ha supuesto un desafío a todos los niveles. Por eso el Levante ha trasladado su fútbol base a un albergue juvenil para impedir el contacto con la primera plantilla granota.
La COVID ha supuesto un desafío a todos los niveles para los clubes, lo que les ha obligado a reinventarse en todas las áreas por las consecuencias de la pandemia. Cómo no, en la cantera. Debido al protocolo de LaLiga, en función de las instalaciones, algunos equipos, como es el caso del Levante, han debido trasladar a su base para no entrar en contacto con el primer equipo. "No podíamos estar en la Ciudad Deportiva por protocolo y empezamos a buscar una alternativa para ubicar a nuestros jugadores, siguiendo unos criterios que establecemos como importantes para poder seguir desarrollando nuestro proyecto educativo", asegura David Llopis, director de la residencia granota, para AS.
En un enclave natural, en La Serrana, en medio de la sierra de Buñol, paraje de difícil acceso hasta tirando mano de la tecnología, está el campamento de la base granota. Lugar circunscrito donde permanecerán hasta que se lo permita la nueva normalidad aprovechando las instalaciones de un albergue de nueva creación cuya actividad ha cesado por las consecuencias de la pandemia. Ellos son los únicos inquilinos.
"Esto es un espacio fundamentalmente para acoger personas jóvenes o colegios en estancias cortas, pero nosotros nos estamos adaptando muy bien", matiza. La primera impresión al entrar es la de adentrarse en un campamento de verano, en pleno octubre.
A diez minutos de la Ciudad Deportiva y a poco más de la zona de institutos, requisito indispensable para entrar en la residencia levantinista, habitan los 50 internos de la escuela en el albergue La Serrana. Todos ellos menores de edad, todos estudian. El más joven, en primer año de infantiles, tiene 13 años. El resto, una decena, ya con la mayoría de edad, conviven juntos en una propiedad del club en el pueblo de Buñol.
Unos cambios que no han alterado el funcionamiento de la residencia, en gran medida gracias al factor humano. "Con esfuerzo de todos, por parte de los trabajadores y por parte de ellos, creo que estamos manteniendo la misma línea de trabajo que teníamos. Nuestro modelo de trabajo lo estamos reproduciendo aquí, tal cual, y no ha habido ninguna variación", apunta Llopis.
No obstante, pese a lo aislado de la nueva localización de la escuela, no están exentos de la realidad que atañe a todos: los posibles contagios. Para ello han diseñado un sistema de aislamiento en cuanto detectan síntomas hasta que se confirme o se descarte el positivo. "No hemos tenido ningún caso hasta la fecha, pero si lo tenemos estamos preparados".