Pablo Torre: con prisa, pero con pausas

Hace muchas semanas que Javi Rozada tiene claro que debe cuidar al máximo el as que tiene bajo la manga en su plantilla, Pablo Torre. En los partidos y en los entrenamientos. Hace los mismos ejercicios y con la misma intensidad que todos sus compañeros..., pero un poco menos tiempo. Hoy, sin ir más lejos, el número 27 solo disputó el primer tiempo del partidillo, para pasar de inmediato a tratarse con Fran, uno de los fisioterapeutas del equipo. No está lesionado, su presencia frente al Bilbao Athletic no corre peligro, pero Rozada quiere que el de Soto de la Marina llegue fresco a Lezama.

El benjamín de la primera plantilla verdiblanca ha tenido una pretemporada plácida en el aspecto físico, pese a que hubo dos o tres semanas en las que acusó de manera muy evidente el cansancio acumulado, y ha podido jugar los ocho los partidos de preparación disputados y fue titular en el duelo con el Portugalete con el que arrancó la Liga. Fue suplente en el primer ensayo, contra el Sanse, y en el partido de Mareo ante el Sporting B, en el que marcó su único gol. En ambos entró al partido tras el descanso y fue decisivo. En los otros siete encuentros, Rozada le puso en el once inicial, aunque todavía no ha disputado ni una sola vez el partido completo.

Tan claro tiene en el cuerpo técnico verdiblanco que hay que vigilar constantemente el estado muscular de Pablo, que el pasado domingo fue sustituido cuando más necesaria era su calidad, perdiendo 0-1 a falta de 20', a petición del preparador físico Lolo Cueli, para cortar de raíz el riesgo de lesión fibrilar por agotamiento. Durante algunas fases de la pasada temporada se mantuvo una vigilancia similar con Kitoko, Figueras y Cejudo, cortando de raíz riesgos innecesarios para que no se repitieran las lesiones que padecieron en la campaña 18/19. Al menos con el catalán y el de Puente Genil, funcionó. Esta temporada, en cambio, ambos están entrenando el 100% de los minutos..., y de momento también funciona.

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