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GETAFE

Los grandes, una quimera para el Getafe de Bordalás

Desde que José Bordalás tomara las riendas del banquillo del Getafe, los azulones no han sido capaces de ganar a ninguno de entre Barcelona, Real Madrid o Atlético de Madrid.

Un 27 de septiembre de 2016, José Bordalás fichó por el Getafe. Por aquel entonces, los azulones se encontraban sumidos en los puestos de descenso de LaLiga Smartbank. Cuatro años y poco después, lo que ha conseguido el ‘Geta’ de la mano del alicantino es historia. Un ascenso, dos 8º puestos, un 5º, y en las dos últimas temporadas peleando incluso por meterse en Champions League. También se cargaron al Ajax y pelearon de tú a tú al Inter en octavos de Europa League, el que sería finalista de la edición.

Sin embargo, dentro de las complicaciones que surgen de enfrentare a un equipo tan aguerrido como el Getafe, aparece una asignatura pendiente: ganar a un gigante de España. Es decir, del Top-3 de LaLiga (Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid), los azulones, con José Bordalás, no han sido capaces de ganar ninguna vez en sus tres (camino de las cuatro) temporadas desde que les entrena en la máxima categoría del fútbol español.

Del total de 18 partidos que han disputado desde entonces contra ellos tres, el Getafe sólo ha rascado dos puntos de los 54 posibles. Cifras que reflejan lo difícil que es para los pupilos de Bordalás conseguir algo provechoso de los grandes de España.

Pero es cierto que, pese a no cosechar ningún triunfo, y registrar una mala puntuación, a merengues, azulgranas y rojiblancos siempre les cuesta sangre, sudor y lágrimas arañar algo de su visita al Coliseum. O, por el contra, recibir al ejercito romano de Bordalás. Sin ir más lejos, la derrota más abultada que han encajado fue el 0-3 que recibieron del Real Madrid el pasado curso. El resto, derrotas por sólo uno o dos goles de diferencia.

Precisamente, de los dos puntos sumados, uno de ellos fue contra el que será su rival este sábado, el Barcelona. Un equipo que por su estilo definido, su gusto por la posesión, siempre le ha venido bien al Getafe de Bordalás. Ya que, como bien es sabido, los azulones se sienten cómodos sin balón, defendiendo con las líneas muy juntas, una línea defensiva muy adelantada y ejerciendo una presión asfixiante. El empate fue cosechado en su regreso a Primera División, cuando quedaron 0-0 en la visita del conjunto del sur de Madrid al Camp Nou.

Para encontrar la última victoria del Getafe sobre el Barcelona hay que remontarse hasta la temporada 2011-12. El 26 de noviembre de 2011, los azulones se impusieron por 1-0 a los azulgranas. El gol lo hizo Juan Valera de cabeza a la salida de un córner ejecutado por Pablo Sarabia. Un Barça que dirigía Pep Guardiola en su último curso, con un once en el que se encontraban Víctor Valdés, Dani Alves, Thiago, Xavi, Villa, Alexis Sánchez y, como no, Messi.

Así, el Getafe buscará esa sequía de victorias contra el Barcelona y los grandes este sábado en el Coliseum. Incluso han lanzado una campaña curiosa: cambio de nombre y escudo para este partido. Pasará a denominarse como FE C.F., además de vestir unas equipaciones especiales. El objetivo no es otro que el de apelar a la fortaleza del club y sus aficionados en los tiempos tan difíciles que corren.

Koeman le arrebató una Copa al Getafe

Paradójicamente, uno de los muy pocos éxitos logrados por Ronald Koeman como entrenador del Valencia fue la Copa del Rey que conquistó en 2008. Su rival no fue otro que el Getafe, entrenado por aquel entonces por Michael Laudrup, y que llegaban de caer dramáticamente días atrás contra el Bayern de Múnich en cuartos de final de la Copa de la UEFA.

Ronald Koeman posa con la Copa del Rey que ganó en su etapa con el Valencia.
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Ronald Koeman posa con la Copa del Rey que ganó en su etapa con el Valencia.Alberto IranzoDiario As

Los casi más de 120 minutos que venían de acumular los madrileños terminaron pesando en la final del Vicente Calderón. Tanto que en menos de cuarto de hora los de Koeman ya ganaban 2-0. Al final, el conjunto valencianista ganó por 3-1 en el que significó el primer y único -de momento- título del técnico neerlandés en España.