Juan José: "Estoy orgulloso de haber jugado en el Cádiz y en el Madrid"
‘Sandokán’, exfutbolista y actual embajador del Real Madrid, hace en AS un repaso por su carrera deportiva en los días previos al encuentro entre sus dos equipos.
Juan José Jiménez (Cádiz, 29-07-1957, 63 años), más conocido como ‘Sandokán’, jugó en el Cádiz en los años dorados del equipo gaditano. En medio de su historia con el equipo de su tierra, puso rumbo a Madrid, donde pasó tres temporadas en el equipo de sus amores. Ahora, Juan José es embajador del Madrid y disfruta visitando las diferentes peñas en representación del club. En los días previos al encuentro entre sus dos equipos, Madrid y Cádiz, el exfutbolista habla con AS y recuerda su trayectoria deportiva por ambos conjuntos y analiza la actualidad.
Regreso a Primera del Cádiz 15 años después, ¿cómo ve al equipo?
Creo que va a ser complicado por la situación económica del club para poder traer jugadores, pero creo que el Cádiz está capacitado para mantenerse en la categoría, puesto que tiene una disciplina deportiva bastante buena, corren y luchan todos y nunca dan nada por perdido. Se va a pasar mal. Las pocas oportunidades de gol que tengamos habrá que aprovecharlas. La defensa que tiene el Cádiz es bastante positiva, y luego, a la hora de salir a la contra son puñales y creo que eso puede darle muchas alegrías al cadismo.
¿Tiene este equipo el mismo ADN que aquel Cádiz de la época dorada?
Sí, es el mismo. La lucha, la entrega, corríamos todos… lo veo igual, son todo lucha y empeño. Quizás en mi época había algo más de calidad, pero también ahora hay grandes jugadores. Hay futbolistas que quizás jugarían mejor con otro sistema, pero el Cádiz no puede cambiar, y los futbolistas que lleguen se tienen que adaptar a lo que hay.
¿Es Álvaro Cervera y su sistema y filosofía la clave para conseguir la permanencia?
Ya equipos como el Eibar o el Getafe se han mantenido con estilos de juego parecidos. Para mí la labor de Cervera es digna de reconocimiento. Hay veces que me gusta como juega y otras que no, pero creo que si cambiara su estilo de juego, el Cádiz no estaría donde está. Se merece un reconocimiento Álvaro Cervera.
¿Qué diferencias encuentra entre la Primera División actual y la de su época?
Hoy en día, lo que más ha cambiado en el fútbol son los futbolistas, ahora hay teatro. Antes si te hacían una entrada, continuabas con el balón y ahora, sin que los toquen, ya están en el suelo. Eso no es vistoso de cara al público y, además, corta mucho más el juego que antes.
Ya la temporada anterior dijo que los arbitrajes serían el mayor rival del Cádiz, pero este año no ha mejorado ese tema.
En el tema de los árbitros el que sale perjudicado es el que señala al árbitro.
¿Entiende la sanción a la que se puede enfrentar Cervera por sus declaraciones sobre el arbitraje frente al Granada?
No, no la entiendo. Tanto que se habla ahora de que todo el mundo puede decir las cosas claras sin ningún problema, y que se enfrente a esos partidos de sanción… El otro día también Pellegrini. Por lo que se ve ya no se puede ni hablar.
¿Sería impensable en su época una sanción así?
Indudablemente, y eso que antes se podía hablar menos. Ahora los árbitros miran las imágenes en la televisión, aunque dicen lo que les interesa, claro, porque todos vemos unas cosas y ellos ven otras.
¿Le gusta el VAR?
Para tomarme la cervecita y eso, sí (bromea). El otro tiene sus pros y sus contras. Si mides a todos con el mismo rasero, vale, pero lo que no puede ser es que sea diferente para los equipos. No sé por qué no se revisa el penalti sobre Perea si tienen las imágenes para verlas. Hay cosas que son evidentes y no las pitan.
Ahora es embajador del Madrid, ¿cuál es su función?
Llevo cuatro años. Estuve un año con Tomás Roncero yendo a las peñas con él. Soy representante del Real Madrid. Voy a los actos de las peñas, doy mi pequeña charla y les llevo los obsequios del club. Lo pasamos muy bien. Lo echo de menos, ya que con la pandemia no hay actos.
Pronóstico para el sábado.
Indudablemente quiero que gane el Cádiz. No dejo de reconocer que la situación del Madrid es espectacular. Está haciendo un buen inicio de temporada, por palmarés es mucho más equipo, pero el Cádiz tiene que jugar como suele hacerlo, no cambiar porque sea el Madrid, y las pocas ocasiones que tengan tienen que intentar meterlas. Algún día tendrá que perder el Madrid, pero ahora mismo veo más favorable al Madrid para ganar el partido.
¿Tiene alguna costumbre cuando ve los partidos del Cádiz y del Madrid?
Cuando le meten un gol apago la tele (risas). Me pongo muy nervioso con los dos, pero el Cádiz te pone en el puente del Caminito del Rey (bromea). Hay veces que te apetece seguir viéndolo, pero otras veces… pff.
Comienza en el Cádiz en la temporada 1978-79, ¿cómo fueron esos comienzos?
Muy contento porque iba a jugar en el equipo de mi tierra. Estuve en todas las categorías del Cádiz e indudablemente jugar en el primer equipo era un reto.
En su tercera campaña fue uno de los protagonistas del Elchazo (ascenso en Elche en la temporada 1980-81)
Nadie daba un duro por nosotros. Ganamos el último partido y conseguimos el ascenso a Primera contra todo pronóstico. El Cádiz siempre consigue todo al final.
Se asciende con una plantilla formada por canteranos casi en su totalidad.
Teníamos el hándicap de que, por eso de ser de la cantera, nos miraban con lupa. Estábamos siempre en boca de todos. No te podías equivocar, pero éramos muy fuertes y pasábamos del tema. Nosotros queríamos jugar.Además, éramos todos de Cádiz y la provincia menos Hugo Vaca y Dos Santos. Fue una época dorada del Cádiz donde había compañerismo, unidad, amigos… fue increíble.
¿Cuándo y cómo llega la oferta del Madrid?
Fue tras un Atlético de Madrid – Cádiz. Me dijeron que iba a firmar con el Barcelona y dije que vale, pero al día siguiente me dijeron que el Madrid quería hablar conmigo y no me lo pensé, me fui al Madrid. No supe ni lo que me ofrecía el Barcelona. Era una ilusión muy grande jugar allí.
Debe haber sido un lujo jugar en sus dos equipos.
Claro, dos equipos en 14 años está bien. He jugado 85 partidos con el Madrid y 295 con el Cádiz. Estoy muy orgulloso de mi recorrido deportivo.
¿Cuánto pagó el Madrid por usted?
Pagó 75 millones de pesetas y cedieron a Portugal al Cádiz.
¿Recuerda la primera vez que pisó el Bernabéu como jugador del Cádiz?
Yo no me acuerdo ya. Lo que sí puedo decir es que debuté en Segunda en el Bernabéu frente al Castilla, y en Primera debuté en el Camp Nou contra el Barcelona.
Llegas a Madrid y pasas de ser Sandokán a Ulises 31. ¿Cuál prefiere?
Me llaman los dos, pero se quedó más Sandokán. Lo prefiero, aunque me parezco más a Ulises (risas).
¿Cómo era Di Stéfano como entrenador?
Estuve con él las tres temporadas en el Madrid. Era como todos los antiguos, un hombre muy duro con los periodistas y amable con el futbolista. Yo he visto a árbitros sorteando quién le preguntaba la alineación a Di Stéfano, porque no le tenían miedo, era pánico. Al futbolista lo trataba muy bien y le daba a cada uno su sitio. En general, fue una persona excepcional.
Tenía buena relación con Juanito.
Éramos uña y carne. Fue un futbolista de casta, coraje, lucha, del que la sigue la consigue… Ha sido un grandísimo futbolista. El ímpetu y la garra de Juanito no la tenía nadie.
Su salida del Madrid no fue la mejor.
Después de tres temporadas echaron a Di Stéfano y llegó Amancio. Cambió todo el sistema y creyó conveniente no contar conmigo. Yo hacía mi trabajo, que era ir todos los días a entrenar y si luego no contaban conmigo, pues mala suerte. Amancio buscó lo mejor para él y ahí no entraba yo.
Regresa a Cádiz, pero sin equipo.
No tenía equipo, y por mediación de la Peña Cadista Enrique Mateos hicieron una recogida de firmas y dio sus resultados. Firmé otra vez con el Cádiz hasta la temporada 1991-92.
Comienza su segunda etapa en el Cádiz en Primera División.
Desde la 1985-86 hasta la 1990-91 estuvimos todas las temporadas, menos una, al borde del abismo. Al final siempre salíamos a flote. Después, poco a poco empezó a decaer hasta que cayó en el pozo de la Segunda B.
¿Cómo era entrenar con el Mago?
Un portento físico. Estábamos todos ya asfixiados corriendo y se encontraba a cualquier niño en la playa y se ponía a jugar con él a la pelota. Después se ponía otra vez a correr el primero.
¿Se ha potenciado la mala fama de Mágico González?
La gente habla mucho del Mago, pero era una persona normal. No es un santo, pero tampoco el demonio. Las cosas las llevaba más o menos bien, a su forma. Él era así. En la semana que pasó en Cádiz tan sólo lo vimos en el partido.
¿Hubo interés del Madrid por fichar a Mágico?
Sí. Estaba yo en el Madrid y me preguntaron por él. Yo les dije que no podía hablar de él porque yo vivía en Madrid y él en Cádiz. Me preguntaron por su fama, pero yo no había convivido con él para opinar. Sólo podía decir que era un gran futbolista porque lo había visto jugar.
¿El apodo de Lola por Lola Flores se lo puso usted?
Sí. Yo le decía a él Lola, tiene toda la cara de Lola Flores, y él me decía a mí Juana.
¿Les desesperaba el Mago a veces por su forma de ser?
Había partidos a los que llegaba y decía que no quería jugar y se iba. Yo le decía “venga, Lola, que nos haces falta” y él me decía “Juana, que no tengo ganas de jugar”. Se iba a su casa vestido de futbolista y todo, ni se cambiaba de ropa.
¿Es Mágico el mejor jugador del mundo?
Sí. Hasta Maradona lo reconoció, que era el mejor.
Llega su momento de salir del Cádiz, otra salida que no fue como hubiese imaginado.
Fue un palo porque había jugado 23 partidos la temporada anterior y metí el penalti de la promoción que hizo que el Cádiz que quedara en Primera División. Pregunté en el club que qué pasaba conmigo y me dijeron que me fuera de vacaciones, que a la vuelta hablaríamos. Cuando regresé me dijeron que no contaban conmigo. Ya no tenía equipo. Me dejaron vendido. Si me hubiesen avisado antes habría buscado equipo.
Tras esa situación, ¿se vio obligado a colgar las botas?
Sí. Ya tenía cierta edad, entrecomillas, que ahora se puede jugar con 39 años, pero antes no.
¿Nunca se planteó entrenar?
Nunca. No me gustaba entrenar imagínate ser entrenador (bromea).
Si tuviera que elegir un momento de toda tu carrera deportiva, ¿cuál sería?
Hay muchos. El debut con el Madrid, la Selección Española, y, sobre todo, los partidos finales del Cádiz, que gracias a Dios salieron todos bien.
¿Cómo fue su paso por la Selección Española?
Estuve en tres partidos como suplente antes del Mundial de 1982. Estaba Santamaría de entrenador, que me dijo que siguiera así, que iba a contar conmigo. Después pasó el Mundial y debuté en la Selección como jugador del Cádiz. Después jugué tres partidos más.
Hubo un ‘calvo’ con la Selección Española al que era por entonces presidente de la RFEF, Pablo Porta.
Lo que pasó fue que Marcos (Alonso), Julio Alberto y yo éramos los más revoltosos, y tras un partido en Malta empezó el público a increparnos. Cuando íbamos en el autobús, estaba oscuro y parecía que nos estaban diciendo cosas, así que hubo más gente aparte de mí que hicieron otras cosas, pero siempre se ha señalado al mismo. No sabíamos que eran de la Federación, pero tampoco pudieron ver mucho, estaba oscuro.
¿Para cuándo una puerta en Carranza con su nombre? ¿Le haría ilusión?
Le voy a poner el nombre a la puerta de mi casa (risas). Es muy difícil porque cada uno propone un nombre diferente y no se mira la historia. No es una cosa que me quite el sueño, pero me gustaría que me pusieran una puerta por mi nieto. Él sabe lo que yo era cuando jugaba y me gustaría que él disfrutara de esa puerta.