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ENTREVISTA | PAULO PEZZOLANO

Pezzolano, el uruguayo que conquista México y mira a Europa

El entrenador de Pachuca charló con AS de su aventura en la liga mexicana y sus características como técnico. Tiene claro su objetivo: "Queremos llegar a Europa"

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Pezzolano, el uruguayo que conquista México y mira a Europa

Paulo Pezzolano (25 de abril de 1983, Montevideo, Uruguay) es un entrenador con las ideas claras. Tiene un estilo marcado y una filosofía de entrenamiento que da resultados. Sin embargo, lo que le está permitiendo crecer sin parar son sus ansiás por seguir aprendiendo. Primero fue capaz de sacar campeón a Liverpool en Uruguay, y ahora quiere hacer lo mismo con Pachuca en México. En ambos clubes, con un grupo de jóvenes a los que moldear no solo para que el equipo saque resultados, también para que ellos consigan llegar a lo más alto. No tardará en hacer lo mismo pero en un club europeo.

¿Cómo está siendo su aventura en México?

Muy buena para ser mi primera salida de Uruguay como entrenador. Un desafío muy grande. Hay muchos equipos que tienen presupuesto más alto que Pachuca. Este club apuesta más por la cantera, así que nos centramos en trabajar mucho con ellos y estar a la altura. Además, tenemos la presión de haber sido uno de los que más veces ha salido campeón en los últimos años. Un gran desafío, pero muy contento de estar aquí en México.

Pachuca apostó por usted para construir un proyecto de futuro…

Si, es algo que venimos haciendo desde que empecé como entrenador. Es lo mismo que hicimos en Liverpool (Uruguay). Son equipos que dependen mucho del crecimiento de jugadores y su posterior venta. Nos gusta mucho trabajar en conjunto con el club y adaptarnos a lo que ofrece la institución. Pachuca tiene una de las mejores canteras del fútbol mexicano. Intentamos seguir una línea deportiva muy importante, lo que sentimos como cuerpo técnico y el club. Para nosotros es importante el buen manejo de pelota, trabajo de salida, coordinaciones ofensivas… poner el foco en detalles que sean importantes para el desarrollo de los chicos. Es un club muy serio y que te deja crecer como entrenador.

¿Qué le está gustando y qué no del torneo mexicano? Da la sensación de que no se aprovecha todo el potencial que tiene, ¿qué opina?

Me cuesta definir el por qué no se compara en táctica o en juego con las grandes ligas. Si que notas que está en constante crecimiento, se invierte y hay muy buenos jugadores, la mayoría de Sudamérica. Pero si que, teniendo presupuestos tan altos en algunos equipos, me cuesta entenderlo. Hay clubes de grandes ligas como la española que tienen menos presupuesto que algunos de aquí, pero les costaría competir contra ellos.

¿Y cuál cree que es el motivo?

Puede que el estilo de juego. El fútbol mexicano es de ida y vuelta. Cuesta controlar la mitad de la cancha. Hay mucha velocidad del medio para arriba. Esto hace que sea de transiciones constantes y por ahí se crean muchas inestabilidades en los partidos. La mayoría de los entrenadores van a buscar el rival, no hay muchos que ‘se cuiden’ en defensa. Son partidos de muchos goles. Sin embargo, si el equipo mexicano se planta bien no es fácil atacarle porque tiene buenos jugadores. Por ejemplo, Monterrey complicó mucho a Liverpool en el último Mundial de Clubes.

¿Le gusta este nuevo formato de competición? ¿No cree que los equipos pueden caer en la relajación?

No sé por qué se tomó esta decisión y se me hace difícil opinar sin saber el motivo. Pero si creo que la competición se empareja para abajo. Hay clubes que dejarán de invertir sabiendo que no habrá descensos en tres años. Si es un poco difícil de entender. Es cierto que los últimos del campeonato pagan una multa, pero no se compara con la pérdida de la categoría.

Para los que no le conocen o le conocen menos, ¿cómo es Paulo Pezzolano como entrenador?

A mi lo que me gusta es tener un equipo que se identifique dentro de la cancha con lo que piensas. Me gusta que mi equipo sea intenso y que juegue la pelota desde atrás. Obviamente, nos fijamos en las virtudes y debilidades del rival, pero tratamos de adelantar el trabajo de tal forma que, según si un equipo te presiona con dos o tres jugadores, tengamos salidas pre establecidas. La idea es que el jugador la sepa y entienda porque hace lo que hace dentro de la cancha. Para eso, les explicamos los movimientos que tiene que realizar y donde va a dejar espacios el rival. A través de las salidas, queremos que la pelota les llegue a los hombres de ataque, pero en una situación lo más limpia posible. En defensa, presionamos rápido tras la pérdida como se ve en el fútbol moderno. Creo que, entendiendo el juego, los jugadores crecen mucho más rápido. Para nosotros es fundamental.

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Usted, que es joven, ¿en qué otros entrenadores se fijo a la hora de establecer su forma de jugar?

A mi me llamó mucho la atención el Barcelona de Guardiola. Nunca había visto un equipo tan superior en todos los partidos. A veces perdía, pero siendo superior. A partir de ahí, he visto mucho a Bielsa. También las transiciones, la dinámica y la intensidad de Klopp. Te fijas en muchos detalles de muchos entrenadores. Todos tienen cosas buenas. Por ejemplo, en la parte defensiva siempre he mirado a algunos equipos italianos con zagueros que reforzaban las zonas más peligrosas del área. Pero como te dije, hoy en día me sigue costando ver un equipo tan superior como el Barça de Guardiola.

Usted ha sido capaz de moldear jóvenes talentos (Acevedo, Cáceres, últimamente Pizzuto, Álvarez), ¿es algo que le motiva?

Es muy motivante verlos crecer en el día a día. A eso nos dedicamos los entrenadores. A veces perdemos la perspectiva porque queremos ganar, pero lo que te da más fortaleza es ver como un jugador entiende cada vez mejor el juego. Esto es clave para que el fútbol crezca. Ver a Nicolás Acevedo (New York City), a Sebastián Cáceres (América), Federico Martínez (Independiente)… vas repasando y ves a muchos jugadores que van creciendo. Ahora tenemos a chicos como Kevin Álvarez, cada vez más sólido en el lateral. O Miguel Tapias, que estaba creciendo mucho hasta que se lesionó. Erick Sánchez, Luis Chávez… te da un orgullo muy grande. Tenemos que ayudarlos a llegar a sus metas. El futbolista quiere ser cada vez mejor y tienes que darle las herramientas para hacerlo. Al fin y al cabo, tienes el sueño de 28 personas en tus manos, y tienes que ayudar a todos, a los que juegan más y a los que juegan menos.

Debe ser difícil trabajar con chicos tan jóvenes en el fútbol profesional, con todo lo que conlleva. Tienes que estar preparado para el error que, a un juvenil, puede afectar mucho más que a un veterano. ¿Como trabajan este aspecto con los chicos?

Es normal, sabes que tienes más margen de error, pero lo asimilas como entrenador. Pachuca, como otros clubes, vive de esto: formar jugadores para venderlos. Para mi el orgullo más grande es ver como va sólido en la tabla jugando con tantos jóvenes. Hay que saber convivir con el error. Saber que te pueden costar algún punto pero que te van a fortalecer. La única solución posible es manejarlo en el día a día para intentar anticiparlo.

¿Qué le falta al jugador mexicano para consolidarse en Europa?

Nosotros les ayudamos mucho a que vivan el fútbol las 24 horas, porque sino les va a costar mucho cuando lleguen a Europa. Enseñarles y que entiendan el profesionalismo que conlleva el fútbol de más alto nivel. No es solo el llegar pronto al entrenamiento. Con nosotros tiene que llegar una hora y 45 minutos antes, desayuna y luego cada uno debe hacer un trabajo específico en el gimnasio. Esto lo hacemos para el crecimiento individual. Pero esto en Europa es lo normal. Aquí, los jugadores mexicanos, no están acostumbrados a eso. Llegan media hora antes al entrenamiento y no suelen hacer trabajo de fuerza. Luego llegan a Europa, que hacen fuerza todos los días, tu cuerpo no se adapta y en seis meses, estás fuera. Después hay que tener en cuenta la dinámica e intensidad de los trabajos, así como la seriedad dentro de la cancha. En Europa esto es fundamental: cada uno hace su trabajo para llegar a su máximo. La idea es cuando te toque, te cueste adaptarse lo menos posible.

Si bien Uruguay exporta muchos entrenadores, les cuesta establecerse en Europa, ¿por qué cree que sucede esto?

Es difícil de entender. Puede ser por la formación pasada. La formación actual es muy completa e interesante. Creo que en corto y mediano plazo van a llegar más entrenadores uruguayos a Europa. La realidad es que al uruguayo lo van buscar de países árabes, donde hay mucho dinero. Luego quizás tuvieron ofertas de grandes ligas, pero en equipos medio-bajos y no están dispuestos a ganar bastante menos.

¿Ya se le pasa por la cabeza el poder entrenar en Europa? ¿Hay alguna liga que le llame especialmente la atención?

El objetivo es entrenar en Europa. Tenemos un cuerpo técnico muy preparado y queremos seguir creciendo con esa idea. Lo económico lo dejo a un lado. Después, las ligas son muy diferentes y tienes que adaptarte a cada una. Primero que nada, está el estilo y luego debes adaptarlo a las condiciones y a los jugadores. Son todas interesantes. Obviamente, la española sería espectacular. Después la italiana, la alemana, la inglesa. Estoy convencido en pronto estaremos por allí porque tenemos ganas de cumplir ese objetivo. Veremos cómo se cumplen los tiempos.