Iñaki Bea: "Mendilibar es un entrenador que ve soluciones a los problemas"
El segundo entrenador del Eibar también coincidió con Mendilibar cuando era futbolista del Valladolid de 2006 a 2009.
Iñaki Bea Jauregi (Amurrio, Álava, 1978) es la única persona que ha conocido a José Luis Mendilibar en dos facetas distintas en el mismo equipo, como futbolista y segundo entrenador. Así, Iñaki Bea en su época de jugador (era defensa central) coincidió con Mendilibar en el Valladolid en tres temporadas (2006-2007, 2007-2008 y 2008-2009). Ambos comenzaron con el equipo pucelano en Segunda División y juntos lograron el ascenso a Primera División -quedando campeones- y la permanencia durante 2 campañas en la máxima categoría. Volvieron a juntarse en el Levante 2014-2015, cuando empezó a trabajar como ayudante de Mendilibar, de segundo entrenador. La experiencia vivida en Valencia, que sólo duró 4 meses, se repitió en el Eibar a partir de la campaña 2015-2016. Es uno de sus fieles 'escuderos' y un apoyo fundamental de Mendilibar por su buena relación con los jugadores, a los que está más cercano por su edad (42 años). En su época de futbolista en el Valladolid, el técnico de Zaldibar le abroncaba cuando intentaba hacer regates, algo que no era lo suyo. Ello no le impide alabar el lado humano de Mendilibar.
-¿Cómo es Mendilibar como entrenador?
-Hay entrenadores que han cambiado su forma de jugar o la manera de ver el fútbol. Hay gente que como técnico ha empezado a jugar de una manera y con el paso del tiempo ha ido cambiando. En cambio, Mendilibar, dentro de los matices que le tienes que dar a los equipos, porque no siempre puedes jugar a lo que tú quieres, mantiene unas señas de identidad. Yo, tanto en mi época de jugador como de técnico, percibo que el 'míster' sigue siendo fiel al fútbol que a él le gusta: jugar en campo contrario, intentar recuperar el balón lo antes posible y lo más arriba tras la pérdida del esférico. Eso que estamos viendo en el Eibar, lo ha intentado transmitir en sus anteriores equipos, como el Valladolid y el Osasuna.
-Coincidieron por vez primera en el Valladolid en 2006, hace 14 años.
-En la temporada 2006-2007 llegamos los dos al Valladolid; él como entrenador y yo como jugador. La campaña no comenzó bien, porque en pretemporada nos costó la forma de empezar a jugar. Aunque empezamos la liga con dos buenos encuentros, ganando al Sporting de Gijón (1-3) en El Molinón, y a la UD Las Palmas (2-0) en el Nuevo Zorrilla. Luego perdimos los dos siguientes partidos ligueros ante el Ciudad de Murcia en La Condomina (1-0), y en casa con el Poli Ejido (0-1); empatamos con el Xerez en Chapín (1-1) y sufrimos una derrota en el Nuevo Zorrilla con el Salamanca (2-3). A partir de entonces, estuvimos 29 partidos de liga sin perder, que es el récord de encuentros invicto en Segunda División, y logramos el ascenso a Primera División siendo además campeones de Segunda. Luego seguimos juntos otras dos campañas en Primera División. El Valladolid era un equipo que tenía unas señas de identidad super marcadas. El aficionado cuando iba a Zorrilla sabía lo que se iba a encontrar, un Valladolid sin complejos, un equipo muy valiente, que jugaba de tú a tú ante cualquier rival.
-¿Mendilibar sigue siendo el mismo cuando se vuelven a encontrar en el Levante 2014-2015 y en el Eibar 2015-2016, ya como segundo entrenador?
-En lo fundamental no ha cambiado, aunque sí ha variado algo los entrenamientos. Hay gente que evoluciona y otra que involuciona. Si llevas tanto tiempo en Primera, has evolucionado. Tú igual quieres jugar un poco más arriba, pero hay momentos en los encuentros en los que puedes interpretar que no se puede estar tan arriba. El 'míster' ha variado algunos matices en los entrenamientos, como las posesiones jugando con un 4-4-2, que antes no eran tan estructuradas como las de ahora. Pero es que el fútbol ha cambiado. Aunque juguemos con varios esquemas, un 4-4-2, un 4-2-3-1 ó un 4-3-3, la idea del fútbol sigue siendo la misma: intentar llegar pronto al área rival, darle mucha importancia a las segundas jugadas, apretar al rival tras la pérdida del balón, que los extremos no se 'hundan' (refiriéndose a que no se echen atrás), presionar arriba para evitar pases entre los laterales y los centrales. Eso sigue siendo lo mismo. La idea de juego es la misma. Tengo buenos recuerdos de él como entrenador. Me echaba broncas cuando intentaba regatear, y me recordaba que no sabía regatear. Se conformaba con que le pegara al balón para arriba. Sólo puedo estar agradecido a él. Es una persona sentida en el trato, fácil trabajar con él, exigente cuando tiene que serlo, super humano. Todos los que estamos a las órdenes de él, o alrededor, jugadores, técnicos, médicos, utilleros hablarán bien de él, porque es una persona muy humana y con muchas habilidades sociales.
-¿Se ha tranquilizado con el tiempo o sigue siendo una 'fiera' a la hora de exigir intensidad en los entrenamientos y partidos?
-Sigue siendo el mismo. Los años no pasan por él. Sigue teniendo la misma energía. Como entrenador le tuve tres temporadas, y ahora llevo con él desde 2014, cuando entrenamos unos meses al Levante. No le he visto nunca un día en que haya 'bajado el pistón'. Puede tener un día mejor o peor, pero cuando llega al 'verde' se transforma. Para él, el futbol más que un trabajo es una pasión. Es lo que le gusta. El 'verde' le encanta. Ya puede hacer frío o llover, que él, durante la hora que dura el entrenamiento es increíble, no baja nunca el pistón. Eso dice que tiene 'hambre' para seguir siendo entrenador. Hay otros que con el tiempo se apagan, o son más observadores. Algún técnico se va haciendo mayor y los jugadores dicen: 'se está haciendo viejo', porque no tiene la misma energía para dirigir. En cambio, Mendilibar es puro 'fuego', igual que cuando entrenaba al Valladolid, porque yo lo he vivido entonces como jugador y ahora como entrenador.
-¿Cómo se gana Mendilibar la atención de una plantilla en la que unos están contentos (los futbolistas que juegan) y otros, no tanto?
-Yo la primera temporada en el Valladolid jugué mucho, la segunda poco, y la tercera bastante. Un futbolista cuando no juega siempre piensa: 'el cabrón este no me pone'. Eso pasa siempre, pero Mendilibar le da naturalidad a las cosas, es franco con la gente, sincero y justo. Es un entrenador justo. Con Mendilibar, un jugador que entrena bien, si el titular en ese puesto no puede jugar, y el suplente lo hace bien un partido; no le tiembla el pulso para seguir alineando al suplente. Mendilibar es 'natural', una persona muy sincera y justa. Con esas cualidades y valores que él tiene... Todos queremos ser como es él, pero igual no tenemos esos valores, o no sabemos transmitirlos. Es una de las cosas que más le identifican. Hace un tiempo estuve en casa de un antiguo compañero que no jugaba con Mendilibar, y que le dijo que no contaba con él en la época del Valladolid. Hablando con él me dijo que le tenía cariño a Mendilibar: 'no contaba conmigo, pero qué bien me trató'. Es importante el lado humano del entrenador; y el lado humano de él es muy bueno.
-¿Cuál es el secreto de Mendilibar para que nunca le haya faltado trabajo como técnico, a pesar de que, como cualquier entrenador, ha sido cesado en varias ocasiones (4), con el tiempo se haya convertido en el más veterano o longevo en Primera División?
-Al final él en Valladolid hizo 3 temporadas muy buenas y fue cesado en la cuarta campaña. Es muy fiel a los equipos en los que ha estado, como el Valladolid, el Osasuna o el Eibar. Ha estado seguido un mínimo de 4 campañas y en el Eibar lleva más tiempo (5 ejercicios completos y está comenzando la sexta campaña consecutiva). Cuando firmas a 'Mendi', sabes cómo es él, e inicias un proyecto con él. A los entrenadores lo que les puede 'matar' (entre comillas) es el desgaste que pueden tener, con jugadores, dirección deportiva o presidente. Mendilibar tiene un trato muy sencillo y fácil, lo que también ayuda. Como tienes un trato fácil con él, los jugadores están cómodos y las personas que integran el club, también. Es una persona muy exigente, pero también muy de dar premios, y de reconocer el trabajo. Eso no desgasta y por eso gusta a los clubes. Mendilibar es un entrenador que ve soluciones a los problemas. En cambio, otras personas no ven soluciones, sino problemas. Eso es importante en cualquier ámbito. Si en una ferretería o un taller, el jefe tiene peor carácter, siempre va a haber un desgaste. Y ese desgaste va a hacer que la convivencia del grupo no sea tan buena. Eso le ha ayudado a que todo fluya, a que casi todo el mundo esté contento. Es un entrenador, un jefe, exigente y con carácter; pero al mismo tiempo da premios y reconoce el trabajo. Si casi todo el mundo está cómodo, se puede salir de situaciones difíciles como un bloque, sin individualidades.
-El Eibar y Mendilibar están hechos el uno para el otro. El 'espíritu Mendilibar' ha convertido al Eibar en un clásico en Primera División. ¿Ese 'matrimonio' entre el Eibar y Mendilibar puede perdurar muchos años?
-Eibar es una ciudad pequeña de 27.000 habitantes, que destaca por su sacrificio. Me refiero a la sociedad eibarresa en general. Ha habido mucho 'mestizaje', ha sido una ciudad industrial a la que ha venido mucha gente de fuera a trabajar. El patrón se iba a 'tomar vinos' con los trabajadores en Eibar, esa es una historia que siempre se cuenta. Eso mismo es lo que es el 'míster', una persona super natural. Vas en el autobús jugando a las cartas, pero al día siguiente si él cree que no te debe alinear, no te va a poner. Que el patrón alterne con los trabajadores es el mejor ejemplo de lo que ha sido la ciudad industrial de Eibar. Y Mendilibar es ese espejo. En el equipo ha habido grandes futbolistas, que nos han ayudado. Para ser un buen entrenador, estás en manos de los jugadores. 'Mendi' ha sacado buen rendimiento a grandes futbolistas, a los que ha hecho dar un paso adelante. Vinieron al Eibar siendo jugadores que no habían actuado en Primera División, y el 'míster' les ha hecho jugar en equipos punteros. ¿Eran buenos? Sí, pero Mendilibar les ha convencido de que con trabajo y sacrificio, se puede llegar mucho más lejos. Esos futbolistas eran técnicamente buenos, pero hay otra parte del fútbol que 'Mendi' les ha dado, la intensidad, el ritmo, el querer, el 'apretar' siempre al rival cerca de su portería. Ese afán competitivo es lo que a esos jugadores les ha hecho madurar.