Las dudas crecen en la semana del arranque
La eliminación de Copa Federación ante el Calvo Sotelo aumenta el debate sobre si la plantilla está capacitada para luchar por el ascenso.
Desde que se puso fin a la temporada pasada, el Consejo de Administración del Real Murcia pensaba en la actual como aquella en la que el cuadro grana volvería a tener retos importantes en el terreno de juego. Quedaba atrás un curso en el que la salvación económica y evitar pasar apuros para lograr la permanencia eran los únicos objetivos. Francisco Tornel, presidente, y Adrián Hernández, entrenador, declararon por aquel entonces a As que la meta sería “luchar por el ascenso a Segunda” o al menos estar presentes en la nueva competición que se creará para la 2021-22, la Primera RFEF.
Pero la realidad, a día de hoy, es otra. En pretemporada no se vio una mejoría clara respecto del curso anterior y el pasado sábado, frente al Calvo Sotelo, aumentaron las dudas. El Real Murcia no pudo en ningún momento con un equipo de Tercera División, que acabó aprovechando un fallo defensivo para eliminarlo de una competición que ganó en la última edición. El equipo de Hernández vuelve a carecer de un futbolista que dé claridad al juego, sigue con los errores defensivos y la falta de acierto en el ataque, algo le caracterizó durante gran parte de la 2019-20.
Uno de los principales problemas para el Real Murcia actual es que la competición será más breve que la pasada y no perdonará a nadie, no habrá tiempo para digerir las ideas. Si hace un año Adrián Hernández pedía tranquilidad y decía que con el paso de los partidos el equipo crecería, ahora este mensaje no sirve. Se necesita una respuesta rápida y más cuando los objetivos que se ha impuesto la entidad son tan exigentes como los de pelear por el ascenso.