Cristóbal, en su enésima juventud en un gran inicio de campaña
Cristóbal está de dulce. Ésto es un hecho puro e incontestable y, no sólo por su gol en la última jornada, las grandes actuaciones del ‘ocho’ del Fuenlabrada se merecen unas líneas desde hace ya bastante. Un trotamundos del fútbol que hace de los diferentes verdes de LaLiga SmartBank sus jardines particulares. Un futbolista que se ha rebelado contra la etiqueta que se le puso el año pasado de ‘jugador de vestuario’.
El madrileño, que no partía como uno de los favoritos para acompañar a Pathé Ciss en la sala de máquinas, es crucial en el juego del Fuenlabrada en este momento de la temporada. Una suerte de catalizador del juego kiriko que también sabe hacer del robo de balón un arte (más de cuatro recuperaciones de media por partido). Todo ello en las cinco jornadas en las que ha sido titular. Cuando el juego del Fuenlabrada pide pausa, Cristóbal es el responsable de templar el partido con su más del 80% de acierto en pases.
Además, en una faceta que no se le vio tanto el año pasado, el centrocampista está llegando con más asiduidad al área bien sea para asistir a sus compañeros o para rematar la jugada. Ya se vió en la última jornada donde adelantó a los suyos en el empate ante el Castellón y estuvo cerca de firmar el segundo tanto. Creador y finalizador a parte iguales.
De su asociación con Pathé Ciss, poco hay que decir si ves un partido del Fuenlabrada. Madrileño y senegalés se entienden a la perfección pese a que su fútbol es completamente opuesto, sólo una cosa tienen en común: su buen trato de balón. Sin embargo, dónde Ciss pone nervio y ‘cabeza loca’, Cristóbal pone paciencia y toque. Ambos son los Don Quijote-Sancho Panza, Sherlochk Holmes-Dr. Watson, el Iron Man de Robert Downey JR-Spiderman de Tom Holland, el ying-yang del Fuenlabrada.
Sueños de oro
Ucrania, Nueva Zelanda, Grecia, Indonesia y Chipre son algunos de los exóticos países dónde el centrocampista ha jugador. Un Willy Fog que en el Fernando Torres sueña con su segunda oportunidad en la máxima categoría del fútbol profesional. Para ello, tendría que conseguir el utópico ascenso a Primera, pero ya se vio el año pasado que Segunda escribe ascensos de oro protagonizados por viejos rockeros: Cifuentes, Nino...