Costa de Marfil sorprende a la 'Unidad B' de Bélgica
Volvió el público a Bruselas y la selección africana arañó un empate al final. Antes marcó Batshuayi. Bob Martínez reservó a la mayoría de los titulares.
Nos gusta el fútbol hasta un punto muy difícil de explicar. Sólo desde ahí se entiende que esta noche, levantado parcialmente el veto al público en los estadios, hubiera 4.600 valientes disfrutando bajo la lluvia del empate de Bélgica y Costa de Marfil en un amistoso con más patadas que fútbol y con todas las estrellas locales caídas del cartel. Esperan dos partidos de la Liga de Naciones y Roberto Martínez, como había anunciado, se guardó lo mejor para entonces.
Sin el lesionado Hazard, el tocado Courtois o los reservados De Bruyne y Lukaku, hubo dos debutantes en el once inicial y cuatro jugadores titulares por primera vez. La nueva camada, pues, sigue buscando su sitio entre la Generación de Oro: de cómo vayan mezclando dependerá el éxito en la Eurocopa del próximo verano. No es un proceso fácil, tampoco rápido.
No jugó Courtois, decíamos, pero apenas se notó porque a Mignolet debió de molestarle más el aguacero que los rivales. En la primera parte sólo le probó Gradel en el 40', desde muy lejos y muy flojito. Y no jugaron Hazard o De Bruyne, decíamos también, pero intentó disimularlo Trossard, que se creyó el '10' que llevaba en la espalda. El mayor peligro hasta el descanso vino por una jugada suya que Batshuayi, como en el 8', no consiguió embocar en el 17'.
De ambas ocasiones, tras un pase medido de Saelemaekers, se desquitó en el 53' el del Crystal Palace, 11 goles en 11 titularidades con Bob Martínez. Mientras, el jovencísimo Doku (18 años) había trabajado más que brillado, su solución a la falta de balones potables. Para entonces también era evidente que Costa de Marfil tenía mejores nombres que ideas. Uno de ellos, Zaha, sacó un penalti al final. En el 79' Van Crombrugge le había quitado el empate a Pépé, pero con el penalti, lanzado por Kessié, no pudo en el 87'... Después de 15 victorias seguidas, es el primer partido que Bélgica no gana desde noviembre de 2018.