La plantilla del Athletic se sube a las barbas de la directiva
Pidió el fichaje de Llorente, que fue tumbado por la comisión deportiva. Yuri se revuelve en público. Núñez solicitó antes ser cedido y Herrerín, que le dejaran salir si llegaba una buena oferta, que al final no ha tenido.
La directiva del Athletic tiene un problema porque se le empieza a alborotar el gallinero. Un sector de la plantilla ha tratado de imponer sus criterios y parece ir por libre. Si Garitano afirmó tajantemente el viernes que no habría más movimientos tras la incorporación de Berenguer, el equipo quiso dejar claro que no tenía por qué ser así. Un sector, los capitanes, tomó las riendas, y pidió a la junta el fichaje de Llorente. Por su cuenta y riesgo iniciaron la negociación, que quedó abortada ayer por la tarde por la comisión deportiva. Tres directivos impusieron su criterio a los de la plantilla, el presidente y el director deportivo, Alkorta, que habían llegado al pacto con Llorente. Este se quedó con tres palmos de narices. La división que genera el delantero de Rincón de Soto en la masa social después de polémica salida al término de la temporada 2012-13 acabó decantando la balanza. Elizegi finalmente descartó el paso. Así a todo esto, habría que ver la cara de Villalibre ayer con tanto terremoto, ya que de cristalizar la operación, sus minutos se iban a recortar de forma drástica.
No contentos con ese movimiento, los jugadores quisieron hacerlo público, con luz y taquígrafos. Yuri Berchiche confirmó el interés de los pesos pesados en el fichaje: "Hemos hecho lo que hemos podido”, señaló en redes sociales, y Dani García lo coronó con un 'me gusta'. Una serie de escarceos que en tiempos de recientes capitanes como Iraola o Gurpegui habría sido imposible de ver, y que denotan el grado de nerviosismo que cunde en la plantilla tras los últimos resultados. El entrenador está en la picota y estos 15 días de parón se van a hacer insoportables. Alkorta hablará esta tarde, en la presentación de Berenguer. Y Elizegi lo hará el jueves.
Semanas atrás, Núñez expresó en AS que quería salir cedido porque Garitano le comunicó que era el tercer central, algo que el entrenador se encargó de desmentir poco más tarde. Desde entonces, el central, que recibió una buena reprimenda de puertas para dentro, ha prodigado un fallo de gol (por fortuna en Mendizorroza no tuvo consecuencias que lamentar) por partido. Y mucho antes, Herrerín declaró que se quería ir porque no tenía minutos y por el hartazgo con un sector de la masa social que no le perdona ni una. Aunque ha manejado algunas propuestas, ninguna se ha concretado al final para marcharse, y ahora tendrá que estar como mínimo hasta enero en la grada. Por medio, Yeray y Dani García pusieron el grito en el cielo por lo que consideraban injustas críticas al juego del equipo. Los últimos acontecimientos ponen a Elizegi, con la asamblea de compromisarios muy cercana, ante su primer momento crítico al frente de la entidad. Está obligado a poner distancia con los jugadores, tomar decisiones y dejarse de una cercanía casi de colega con ellos cada día en Lezama. Esta crisis puede llevarse por delante en enero a algún miembro de la directiva, hasta ahora muy unida.