Un bofetón de realidad para Koeman
El técnico asume una plantilla de 24 jugadores del primer equipo, con muchas incertidumbres en algunos casos y lamentando la falta de refuerzos.
El cierre del mercado ha dejado una plantilla de 24 jugadores en el primer equipo para Ronald Koeman, tras hacerse efectivo el ascenso definitivo de Riqui Puig y Roland Araujo, así como también la inscripción del brasileño Matheus Fernandes, un fichaje que ni tan siquiera ha sido presentado todavía.
Así, a bote pronto, podríamos pensar que Koeman cuenta con una plantilla equilibrada, al tener dobladas todas las posiciones. Sin embargo, la realidad trasciende a los números, ya que la plantilla es un auténtico galimatías de muy complicado encaje en algunos casos.
Para empezar, el técnico holandés se encuentra en la tesitura de tener en sus filas a jugadores con los que no cuenta y que se encargó él mismo de publicitarlo. Estamos hablando del caso de Riqui Puig, al que recomendó marcharse cedido, o de Dembélé, al que situó por debajo de un chaval de 17 años, casi recién llegado, como Ansu Fati. Otros jugadores como Samuel Umtiti, desaparecido desde el pasado 2 de julio, o Carles Aleñá, tampoco están en su radar. Y casos como Braithwaite o Junior Firpo también se encuentran en un rol muy secundario en la hoja de ruta del holandés.
Su núcleo duro lo componen 14 futbolistas, que son los que han jugado sistemáticamente en los tres partidos de LaLiga: Neto, Sergi Roberto, Piqué, Lenglet, Alba, Sergio Busquets, De Jong, Coutinho, Griezmann, Messi, Fati, Trincao, Pedri y Pjanic.
Cabe subrayar la gestión de Koeman al intento de marcha de Messi, harto de la pésima gestión deportiva de una junta incapaz de diseñar un proyecto ganador. Entre Leo y Koeman, cuentan dentro del vestuario, hay un 'feeling' especial, que se basa en el respeto; el entrenador ha sabido ganarse al argentino para su causa y meterlo a bordo del mismo barco.
Evidentemente hay otros nombres en la lista de pretorianos de Koeman: Sergiño Dest, único deseo concedido por parte del club al técnico, el central Araujo, que convenció a todos en un partido tan exigente como el del Sevilla, y Marc André Ter Stegen, titular indiscutible, cuando se recupere de su lesión en el tendón rotuliano de la rodilla derecha.
El resto de jugadores son totalmente prescindibles para Koeman, ya sea porque no contaba con ellos o porque considera que no tienen suficiente nivel para competir con el jugador titular para ganarse la posición.
De ahí que priorizara la llegada de un central, para suplir a un diezmado Umtiti, y un delantero de referencia, porque tras la marcha de Luis Suárez, sólo cuenta con Braithwaite, y pese a estar contento con el rendimiento del danés, consideraba que el refuerzo de Memphis Depay hubiera sido una gran solución en ataque. Sin embargo, al final no sólo no llegó el atacante del Lyon -el enrocamiento de Dembélé fue clave para frustrar la operación-, sino que se quedó sin central, pese a que el club lo intentó hasta el último segundo con una oferta 'in extremis' al City por Eric García. Del centrocampista del Liverpool, Wijnaldum, que fue su primera petición, hacía tiempo que se había hecho a la idea de que no vendría.
Así, tal como están las cosas, Koeman afronta una temporada con una plantilla repleta de retazos y parches, de jugadores que se han cerrado en banda a marcharse y de otros que ha sido imposible encontrarles una salida por sus altas fichas. Es evidente que no es el mejor panorama para repartir ilusión, pero el técnico holandés ha demostrado, en el mes y medio que lleva en el Barcelona, tener personalidad y carácter suficientes para asumir el reto de llevar adelante esta plantilla, hacérsela suya y llevarla a buen puerto.