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VALENCIA

Kondogbia, Leite, Capoue... el Valencia entra depresivo a la zona Cesarini del mercado

Los últimos nombres que han sonado se han caído; se buscan fórmulas económicas para el fichaje de Diego Leite y desde el club no se descartan nuevas salidas.

Peter Lim, en Mestalla.
Jose Miguel Fernandez de Velasco

El Betis devolvió al Valencia a su cruda realidad, a la montaña rusa de sensaciones en la que habita desde la vuelta al fútbol tras el confinamiento. A menos de 48 horas del cierre de mercado, Peter Lim solo ha movido ficha para dar salida a cinco futbolistas (más la no continuidad de Garay, Jaume Costa y Florenzi) y sigue sin cumplirse las promesas que se le hicieron en julio a Javi Gracia (se reforzarían aquellas posiciones que quedasen huérfanas por el traspaso de jugadores) y no hay noticias de las afirmaciones que han hecho en las últimas semanas el presidente Anil Murthy y el consejero José Luis Zaragosí.

Peter Lim entra en la zona Cesarini del mercado sin dar atisbos de querer de verdad reforzar el equipo. Más bien lo contrario. El dueño lleva semanas sin abrir lo más mínimo el grifo y el trabajo que se realiza desde Valencia para peinar el mercado se hace en balde. Inclusive la crónica del Valencia-Betis de Batzine (el portal en inglés que sufraga y usa el club para difundir sus mensajes institucionales) remarca la necesidad de refuerzos, lo que puede entenderse como un recordatorio para el dueño, ya que sus noticias suelen ir destinadas a reconocerle su gestión. Eso sí, tal sugerencia se hace en el último párrafo. 

Los últimos nombres que se han vinculado con el Valencia, operaciones filtradas o confirmadas por el propio presidente blanquinegro, se han dado de bruces a la hora de dar el paso definitivo por la inmovilidad del propietario, que no ha dado luz verde a la más mínima inversión. Así se quedaron por el camino negociaciones abiertas con Jeison Murillo (se marchó cedido al Celta), Daniele Rugani (cedido al Rennes por la Juventus, que estuvo varios días esperando una respuesta del Valencia) o el caso de Juan Marcos Foyth (el Villarreal anunció un acuerdo con el Tottenham por el argentino).

Por Valencia siguen dándole vueltas a dos nombres. Uno es Capoue, del Watford, petición de Gracia, un entrenador que en las últimas semanas ha dado síntomas de desgaste y decepción por las formas adoptadas por el club a la hora de la planificación. Capoue sigue presente, aunque más por su predisposición a salir del Watford y el deseo de Gracia que por interés de Lim. Desde el club se lleva frenando esa operación desde casi el mismo instante en el que se planteó y su caso evidenció el arrinconamiento de Gracia en la confección de la plantilla.

El otro nombre que todavía está presente es el de Diego Leite. Si el Valencia no ha acometido su contratación es porque el Oporto mantiene su intención de hacer caja por el central que representa Jorge Mendes. Lim lo tenía prácticamente cerrado en enero por alrededor de 20 millones y, si bien la pandemia hizo poner el freno de mano al propietario del Valencia, Leite sigue predestinado a jugar en Mestalla y se buscan fórmulas para ‘endulzar’ la operación.

El problema para Gracia es que el mercado sigue abierto también en lo que a las salidas se refiere. Desde el Valencia nadie cierra la puerta a que no se vayan a sumar más transferencias a las de Rodrigo, Ferran, Coquelin, Parejo y Piccini. Solo Gracia ha transmitido en sala de prensa que confía en quedarse con todos los jugadores que hoy tiene, aunque sus palabras son más un deseo que un mandamiento. Ahí emerge una opción de venta de un futbolista básico en este arranque de competición para el técnico navarro: Kondogbia. El PSG ya le tuvo en su órbita hace semanas y la Premier League siempre le ha tenido presente. Si llegara una oferta que rondase los 25 millones y convenciera deportivamente al jugador, el Valencia unirá su nombre a los de Coquelin y Parejo, es decir, le dirá adiós.

De Álvaro Negredo a Mangala, Garay, Guedes o Correia

El Valencia, desde la llegada de Lim, se ha acostumbrado a moverse en la zona Cesarini del mercado, aunque nunca en lo que a salidas se refiere. Las operaciones de última hora entraron más en lo que se puede calificar de guindas o complementos que en refuerzos estructurales como es ahora el caso. Así llegó el pasado verano Thierry Correia (por la lesión de Piccini), Álvaro Negredo (el fichaje “bomba” como lo calificó Nuno) o se consumó el fichaje de Guedes (tanto cuando llegó cedido como cuando el club pagó 40 millones por él, el portugués aterrizó sobre la bocina del mercado).

Curiosamente, las dos veces en las que los fichajes de última hora eran urgentes se trataba de refuerzos para el centro de la defensa. Así fue el caso del fichaje de Abdennour, que llegó un 29 de agosto de 2015 tras la salida de Otamendi al Manchester City, o las contrataciones de Mangala y Garay, que se consumaron un 31 de agosto de 2016. En todas esas operaciones de última hora excepto en la de Negredo, Lim usó el comodín de la llamada a Jorge Mendes.