NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

BAYERN DE MÚNICH

Pizarro: "El cuerpo no perdona"

El exfutbolista peruano regresa al Bayern de Múnich como embajador. Cuenta sus mejores vivencias como jugador y el final de su carrera en la Blanquirroja.

Actualizado a
Pizarro: "El cuerpo no perdona"
AS.COM

Claudio Pizarro, nacido el 3 de octubre de 1978 en Bellavista (Perú), acaba de colgar las botas a los 41 años de edad. El Bombardero de los Andes militó en el Deportivo Pesquero, Club Alianza Lima, Bremen, Chelsea y Colonia, pero logra sus mayores éxitos vistiendo la indumentaria del Bayern de Múnich. En AS explica por qué ha decidido volver como embajador al club de su vida.

P. ¿Regresa al Bayern como embajador porque es el club de su vida?

R. El Bayern y el Bremen. Cuando decidí irme de Perú, fue el Werder quien me dio la oportunidad de comenzar mi andadura en Europa. Después, el Bayern me permitió entrar en otra dimensión. En Múnich gané la mayoría de mis títulos y di el salto a la élite. Siento mucha ilusión por volver a formar parte de esta familia.

Esta vez no llega para vestirse de corto.

Bueno, algún que otro gol caerá con los veteranos. (risas) Múnich siempre fue un lugar especial para mí. En el año 2004, compré una casa en la que mi familia vivió durante la mayor parte de mi carrera. Siempre fue el lugar de Alemania en el que nos sentimos como en casa. Volver a ver a todos es algo muy especial.

¿Algún momento al que le guarde especial cariño?

El triplete de 2013, sin ningún tipo de duda. Fue un año fuera de lo normal. Llegué al club justo en el momento de su mayor fracaso: la derrota en la final de la Champions en el Allianz Arena ante el Chelsea. Fui al campo por las negociaciones que estaba manteniendo con el club en aquel momento y lo sufrí en mis propias carnes. Sentí la decepción y el dolor de una ciudad entera. Cuando comencé la pretemporada con el Bayern unas semanas después, percibí esa rabia. Pero, a la vez, noté un espíritu ganador que, finalmente, nos llevó a ganar esa ansiada copa al final de la temporada. Haber podido formar parte de ello, es algo indescriptible.

Un triplete que parecía irrepetible hasta hace unos meses.

Siempre dije que la unión en un vestuario es la clave de todo. El Bayern es un equipo que, por historia, cuenta con multitud de egos en su camarín. El secreto es saber unirlos y formar un grupo en el que cada uno vaya a muerte con el otro. Eso es un equipo. Jupp fue capaz de unirnos en 2013 y, ahora, Hansi Flick lo ha vuelto a hacer. Un entrenador no es solo director técnico, también tiene que ser una especie de padre para sus jugadores. Él tiene el poder de hacerse cargo de 23 chavales e inculcarles que todos deben remar en la misma dirección. Especialmente a aquellos que no suelen jugar con frecuencia.

Usted lo sufrió al final de su primera etapa en Múnich de 2001 a 2007.

Fue uno de los momenos más tristes vistiendo esta camiseta. Lo recuerdo como si fuera ayer, pero hace ya 13 años de esto. No llegué a un acuerdo con el club en un momento en el que no estaba teniendo demasiado protagonismo sobre el terreno de juego. Para un jugador son momentos muy complicados y decidí marcharme al Chelsea. Pero volví. Y triunfamos.

¿Lamenta el final que tuvo su trayectoria en la selección peruana?

Siempre dije que me hubiera encantado despedirme de otra manera, jugando un Mundial. Era un sueño y, en cierto modo, lo que le faltó a mi carrera. Pero siempre he aceptado y respetado las decisiones del míster. Fue un honor ser el capitán de Perú y con eso me quedo.

¿Cómo ha cambiado en más de 20 años en la élite?

La experiencia hace mucho. Victorias y derrotas te marcan. Y te hacen crecer. Entender cosas que, cuando eras joven, quizá no entendías. Es algo que marca tu camino. Y que te ayuada a aprender. Sigo considerándome un aprendiz, jamás dejaré de hacerlo. Y ahora me toca aprender y evolucionar fuera del campo.

¿Cuál es el secreto para competir hasta los 41 años?

No creo que haya muchos que lo logren en un futuro. En el fútbol contemporáneo, el aspecto físico es fundamental. Cada año hay más partidos, más competencia y más músculo sobre el césped. La consecuencia son lesiones y, en la mayoría de casos, el final de la carrera cuando te ocurre a una cierta edad. Todo aquel que quiera seguir compitiendo hasta mi edad debe saber que es imprescindible ser un verdadero profesional en todos los ámbitos de la vida, empezando por la alimentación y terminando por un entrenamiento acorde a tu edad. Hacer menos, pero con más frecuencia. El cuerpo no perdona. Y hay que saber interpretar las señales que te da.

¿Quiere ser entrenador algún día?

No es un objetivo que persiga. Uno de los motivos por los que decidí poner punto y final a mi carrera fue la falta de tiempo. Quiero disfrutar más de mi familia y esta profesión no te lo permite. Por ello, estoy muy contento de que el Bayern me haya dado la oportunidad de comenzar esta primera etapa después de mi carrera como embajador. Estoy seguro de que el tiempo me irá abriendo alguna que otra puerta más, pero, de momento, estoy muy feliz de poder representar a un club que amo.

¿Un mensaje para sus compatriotas en Perú?

Que se cuiden. Es lo más importante en estos momentos.