El inicio agridulce de Odegaard
El noruego ve la confianza de Zidane con dos titularidades consecutivas, pero en Sevilla fue cambiado al descanso y sufre con el rol de mediapunta.
Cuando el Real Madrid comunicó a Odegaard que le quería de vuelta para esta temporada 2020-21, desechando el pacto verbal con la Real de que podría seguir en Anoeta un curso más si todas las partes así lo deseaban, inmediatamente se generó una duda en el entorno madridista: ¿vuelve para hacer plantilla o vuelve para jugar? Una duda lógica, en un Real Madrid con un tridente medular Casemiro-Modric-Kroos que a Zidane le ha dado, entre otras cosas, dos Ligas y tres Champions, además de con un cuarto hombre como Valverde que el curso pasado se ganó las estrellas en el hombro con su despliegue y energía, taponando con su juventud las carencias de sus compañeros en la media, más cargados de años.
Pese a que acabó la temporada pasada con molestias y empezó la pretemporada del mismo modo, Odegaard se empeñó en convencer a Zidane desde el primer minuto. Acortó sus vacaciones para irse a trabajar al Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada y comenzar así con mejor punto de forma la preparación. Zidane vio el esfuerzo y lo recompensó con la inclusión en el once de Anoeta, en la segunda jornada de LaLiga (el Madrid tiene aplazada la primera). Como el mediapunta de un 4-2-3-1, dejó 69 minutos de destellos, sin mayor trascendencia.
Para colmo, a su regreso de San Sebastián dio un falso positivo por COVID-19 en un test PCR que amenazó con cortar de raíz el ritmo del Real Madrid, pero la prueba posterior confirmó que no había infección. Sin embargo, eso le llevó a incorporarse tarde al trabajo con el grupo, lo que no impidió a Zidane volver a alinearle como titular en Sevilla ante el Betis, de nuevo como mediapunta en un 4-4-2 con la medular formando un rombo. De nuevo, algunos destellos, pero un final amargo: dejó muy suelto a Carvalho en la acción del 2-1 y Zidane le dejó en el banquillo tras el descanso, dando entrada a Isco. Aun así, tiene motivos para sonreír Odegaard, pues Zidane parece colocarle, al menos de momento, en el grupo de titulares y son otros los que rotan.
Odegaard: mediapunta o interior
Más balón, menos influencia
Es decir: ha aterrizado en un equipo más acorde a sus condiciones, con más balón y más circulación, hasta 131 desplazamientos más por partido que en la Real de hace un año, pero todo ese flujo de juego extra recae en otros. En la Real, su mejor nivel llegó como interior por la derecha, con espacio para recibir y arrancar las jugadas, además de para lanzar diagonales con las que sacar con más facilidad su zurda, estupenda en la media distancia. El curso pasado, promediaba en Liga un disparo cada 70 minutos; este año, en 114' y jugando más cerca del área, ninguno de momento.