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1x1 del Celta: Iago Aspas alcanza el récord de Hermidita

Sumó su tanto número 104 en Primera e iguala así como máximo goleador histórico del club en LaLiga. A Mallo le pitaron un penalti bastante dudoso.

Iago Aspas celebra el gol anotado ante el Valladolid en Zorrilla.
Denis DoyleGetty Images

Iván Villar: Está apagando el debate de la portería con su buen rendimiento. Se mostró sobrio y dio confianza a la defensa durante todo el partido. Realizó una intervención crucial al cuarto de hora con una buena parada a disparo de Sergi Guardiola.

Mallo: Le indicaron un penalti bastante dudoso que supuso el empate del Valladolid. La acción ofrece muchas dudas, pero el lateral marinense corrió demasiados riesgos en esa jugada dentro del área. Estuvo más preocupado de las labores defensivas y apenas se prodigó en ataque.

Aidoo: Estuvo impecable una vez más, confirmando su buen inicio de temporada. No le concedió ninguna licencia a Guardiola y fue decisivo al desviar un pase atrás de Marcos André dentro del área que en caso de llegar a su destino era gol seguro.

Murillo: Estuvo sólido en el eje de la zaga, aunque sin grandes alardes. No parece tan cómodo actuando como central zurdo. No obstante, no cometió ningún error de bulto y estuvo solvente en los balones aéreos.

Olaza: Secó a Orellana, la gran amenaza del Valladolid, que no es poca cosa. Esa importante tarea defensiva no le permitió soltarse en ataque. Apenas realizó un par de centros lejanos que no encontraron rematador.

Tapia: Sigue inmenso en su misión de dar equilibrio al Celta. Su tarea, a veces oscura, brilló en la jugada del gol de Aspas, pues todo comenzó con un robo de balón del peruano. Fue sustituido en el tramo final del encuentro, quizás para descansar en una semana de tantos partidos.

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Beltrán: Corrió mucho, como siempre, pero sin mucho criterio. Fue de más a menos y el centro del campo acabó notando su descolocación. También estuvo impreciso en la circulación. Fue sustituido a diez minutos del final.

Denis Suárez: Inició el encuentro con un error clamoroso, desaprovechando una genial asistencia de Aspas y enviando a las nubes un mano a mano con Roberto, cuando lo más fácil era marcar. Se resarció al filo del descanso, cuando los papeles se invirtieron. Dio un gran pase a Aspas que supuso el tanto céltico.

Emre Mor: Volvió a diluirse y volvió a cabrearse, probablemente de nuevo consigo mismo por no estar a la altura y no con Óscar por sustituirle. No le salió prácticamente nada y pecó de individualista en más de una ocasión. A su favor, estuvo comprometido en las ayudas defensivas.

Aspas: Firmó una nueva de obra de arte, un gol que queda directamente en los libros de historia del club por ser su tanto número 104 en Primera, alcanzando así un récord de Hermidita de hace 67 años y subiendo al primer cajón del podio de máximos goleadores celestes en LaLiga. Terminó reñido con el árbitro por una falta que no le pitaron y en la que acabó viendo la amarilla por coger el balón con la mano.

Nolito: El sanluqueño no pudo ofrecer su versión más flamenca. Sin fiesta en ataque, decidió ponerse el mono de trabajo para fajarse en defensa. Ante su falta de inspiración, Óscar decidió sentarlo mediada la segunda parte.

Baeza (entró por Denis): Nunca consiguió entrar en el partido. Estuvo desaparecido y sin incidencia en el juego. Mucho más frío que en anteriores apariciones.

Brais (entró por Emre Mor): Calcó la actuación de Miguel Baeza. Entraron en el mismo momento al terreno de juego y estuvieron igual de grises. Desperdició una falta peligrosa con un mal golpeo. Le faltó un punto de mordiente y de intensidad.

Mina (entró por Nolito): Como siempre, lo intentó, corrió y peleó cada balón que pasó a su lado. No encontró ninguna ocasión de gol para probar su puntería. Le sacó una amarilla a Bruno.

Araújo (entró por Beltrán): Su entrada al campo supuso el cambio de sistema. El Celta jugó con tres centrales en los minutos finales para contener los ataques blanquivioletas. Estuvo solvente.

Okay (entró por Tapia): No tuvo demasiado tiempo como para incidir en el juego. Salió para sumar efectivos en la defensa de los balones aéreos y darle más aire al centro del campo.