Todo al rojo en la Bundesliga
El equipo a batir sigue siendo el mismo. Hansi Flick viene de colocar al Bayern en la cima de Europa. Y no tiene pinta de que vaya a cambiar la cosa en el panorama nacional.
Vuelve la Bundesliga tal y como terminó hace poco menos de tres meses: sin público. Se suponía que el Allianz Arena iba a reabrir sus puertas para albergar el arranque de la máxima competición alemana entre el Bayern, campeón por octava vez consecutiva, y el Schalke 04 de Gelsenkirchen. Pero las esperanzas de los hinchas bávaros terminaron apagándose a tan solo un día del estreno. La incidencia semanal por 100.000 habitantes en la capital de Múnich superó ayer los 47 casos, doce por encima del límite establecido por parte de los primeros ministros que permitía llenar los estadios con un 20 por ciento del aforo máximo. Los bávaros, por tanto, no tuvieron tanta suerte como los aficionados de, por ejemplo, Unión y Leipzig, que sí podrán volver a animar a los suyos desde cerca.
Mientras la situación que rodea la temporada 20/21 sigue siendo excepcional, poco ha cambiado en lo deportivo. El equipo a batir sigue siendo el mismo. Hansi Flick viene de colocar al Bayern en la cima de Europa. Y, de momento, no tiene pinta de que vaya a cambiar la cosa en el panorama nacional. El hexacampeón de Europa pierde la magia de jugadores como Coutinho o Thiago, pero gana la velocidad y la verticalidad de Sané. El internacional germano procedente del Manchester City es la principal novedad de un equipo que, en términos económicos y futbolísticos, se sigue situando a años luz de su competencia en la Bundesliga.
Su principal rival en la carrera por conquistar su novena ensaladera en serie no será el Schalke de Wagner, conjunto que evidenció carencias importantes en sus compromisos amistosos durante el verano, sino el Dortmund de Favre y su propio pulmón. El Bayern afronta una auténtica maratón de temporada, en la que podría llegar a disputar hasta 57 partidos. No cesarán los choques entre semana, el primero el próximo jueves frente al Sevilla en busca de la Supercopa de Europa. El fondo de armario de Flick será clave, sobre todo en el duelo eterno ante un Dortmund que viene pisando más fuerte que la temporada pasada. Al poderío de Haaland y Sancho hay que sumar la calidad de sus dos fichajes estrella: Bellingham y Meunier. Y la del renacido capitán Reus, de una vez por todas, libre de lesiones.
La otra Bundesliga comienza por detrás de rojiblancos y negriamarillos. Esa en la que compite el Leipzig de Nagelsmann, que tendrá que demostrar que es capaz de cubrir el enorme vacío que deja la marcha de Werner al Chelsea. O la del Gladbach, histórico de la competición teutona que ha vuelto a meterse en Champions y tendrá que poner a prueba que, como Machín, sabe amar a dos mujeres a la vez y no estar loco. El Leverkusen inicia la época post Havertz, otra perla de la escuela alemana que prefiere la Premier antes que una Bundesliga que mantiene su sabor español gracias a Olmo, Angeliño, Mascarell, Javi Martínez, Aarón Martín, Meré, Morey, Josep Martínez y Novoa.
Los aspirantes al título y su once tipo
Bayern: Neuer - Pavard, Süle, Alaba, Davies - Kimmich, Goretzka - Gnabry, Müller, Sané - Lewandowski.
Dortmund: Bürki - Can, Hummels, Akanji - Meunier, Witsel, Bellingham, Guerreiro - Sancho, Haaland, Reus.
Leipzig: Gulacsi - Klostermann, Upamecano, Halstenberg - Mukiele, Sabitzer, Kampl, Angeliño - Olmo, Poulsen, Hwang.
Schalke: Fährmann - Rudy, Kabak, Nastasic, Oczipka - Stambouli - Mascarell, Serdar - Uth - Raman, Paciencia.
Leverkusen: Hradecky - Lars Bender, Sven Bender, Tapsoba, Wendell - Aránguiz, Demirbay - Bellarabi, Wirtz, Diaby - Schick.
Gladbach: Sommer - Lainer, Ginter, Elvedi, Bensebaini - Kramer, Neuhaus - Wolf, Stindl, Hofmann - Herrmann.