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ESPANYOL - ALBACETE

Pacheco, el último goleador de los Espanyol-Albacete

Hace tres lustros que pericos y manchegos no se ven las caras. En el último precedente, ganó el Espanyol, pero el marcador lo cerró un viejo conocido de ambos clubes.

30/11/03  ALBACETE  ESPANYOL  FREDSON  PACHECO
DIARIO AS

Será esta 2020-21 una temporada de reencuentros para el Espanyol. El primero se produce ante un Albacete contra el que se habían empleado los pericos en 12 ocasiones en Primera División, nunca hasta ahora en Segunda. Y de la última han pasado ya 15 temporadas. Y fue un viejo conocido quien echó el cierre.

Sucedió el 26 de febrero de 2005, en el Estadi Olímpic, con actuación al descanso del grupo Lexu’s. El Espanyol de Miguel Ángel Lotina, lanzado hacia las posiciones europeas, recibía a un Albacete en cuyo banquillo debutaba Martín Monteagudo, tras la destitución de José González por ocupar una zona de descenso de la que no lograría escabullirse el cuadro manchego a final de temporada. Pronto avanzó a los pericos Maxi Rodríguez, en el minuto 4, y en el 22’ amplió la brecha Raúl Tamudo. Pero el último gol de los Espanyol-Albacete hasta la fecha, el definitivo 2-1, lo anotó Antonio Pacheco.

El uruguayo conocía bien las entrañas de Montjuïc, donde había llegado en enero de 2002 como fichajazo para salir de la zona peligrosa, junto a Paulo Sousa. Pacheco estaba cedido por el Inter de Milán, aunque cuatro jornadas después, y tras anotar dos goles, se hablaba ya de la prolongación de su préstamo e incluso de las opciones de incorporarlo en propiedad. De ahí al final, acabaría marcando solo una diana más.

El atacante, representado curiosamente por José Luis Zalazar, acabaría recalando en 2003 y ya con la carta de libertad en el Albacete, donde militó cuatro años (el último, cedido al Alavés) y anotó 20 goles. Uno de ellos, el del mencionado 26 de febrero de 2005.

Pero donde realmente le idolatran es en Peñarol, club en el que anotó 53 tantos y repartió 49 asistencias, y al que a sus 44 años sueña con volver algún día como entrenador, nunca como dirigente, porque Tony Pacheco es “un hombre de fútbol”.